CAMAGÜEY.- El diario norteamericano The Washington Post anunció que la administración del presidente Donald Trump canceló el acuerdo entre la Major League Baseball y la Federación Cubana de Béisbol, que buscaba normalizar el acceso de los peloteros cubanos a sus franquicias.

Según el propio medio, la decisión de terminar con el pacto firmado en diciembre último, responde a que "la federación es parte del gobierno cubano y el comercio con él es ilegal según la ley actual".

Como muestra de las buenas prácticas que acompañaban el proceso de normalización de relaciones entre MLB y FCB, la segunda había divulgado hace seis días un listado de 34 peloteros con status amateur que podrían negociar sus fichas con cualquiera de los 30 equipos de la mejor liga del mundo.

Esta y otras buenas noticias para el deporte nacional de ambas naciones molestaron a los políticos de derecha de origen cubano que más influencia poseen en la política de Estados Unidos, liderados por el senador Marco Rubio. El mismo día que se dio la noticia del acuerdo, Rubio exigió a Trump que acabara con él, alegando que solo beneficiaba a la “tiranía cubana”.

Hoy en la mañana el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, también había mostrado su desacuerdo con el trato en la red social Twitter: “Cuba quiere usar a los jugadores de béisbol como peones económicos, vender sus derechos a las Grandes Ligas de Béisbol. El pasatiempo nacional de Estados Unidos no debe permitir el apoyo del régimen cubano a Maduro en Venezuela”, dijo el alto funcionario.

Desde su anuncio, ambas organizaciones no gubernamentales y la asociación de peloteros de MLB aclararon que el principal objetivo del convenio era poner fin al tráfico irregular de peloteros criollos hacia Las Mayores, pues muchos eran víctimas de operaciones ilegales de comercio de personas en las que ponían en peligro sus vidas y las de sus familiares.

Después del histórico arreglo se reportó el regreso a territorio nacional de decenas de jugadores, en su mayoría jóvenes, que habían salido por diferentes vías hacia Venezuela, República Dominicana, México, Puerto Rico y otros países del área, con la ilusión jugar en Grandes Ligas y no lo habían conseguido.

Son precisamente estos últimos y los cientos de talentos de diferentes edades que vieron la posibilidad real y segura de alcanzar un contrato profesional para probarse en la meca de la pelota, los principales perjudicados por la cancelación de la administración Trump. Es además un duro golpe para el desarrollo del béisbol en Cuba.