Camagüey .-En el Parque que en el centro de la ciudad lleva su nombre, los camagüeyanos rindieron homenaje al Mayor General Ignacio Agramonte Loynaz a 143 años de su caída en combate en el Potrero de Jimaguayú, durante la gesta independista de los Diez Años contra el colonialismo español.
Como símbolo de la unidad en torno a la nación y en defensa de la soberanía por la que entregó su vida El Mayor, en el emblemático sitio coincidieron diversas generaciones de agramontinos —gentilicio por el que suelen llamarse los nacidos en esta tierra, orgullosos de ser continuadores del militar de más de cien combates, el abogado defensor de la dignidad, el hombre ético y leal.
Alrededor de 50 de ellos recibieron en tan simbólica jornada sus carnés como integrantes del Partido Comunista de Cuba y de la Unión de Jóvenes Comunistas, organizaciones consideradas vanguardia política de la sociedad, cuyos miembros se distinguen por ser ejemplos de entrega a la construcción del socialismo en el que se ha empeñado el pueblo cubano en más de 55 años de Revolución.
El lugar donde hoy sus continuadores hacen honor a su ejemplo, antigua Plaza de Armas, según ha contado el historiador Fernando Crespo, era frecuentado por el joven Ignacio, quien visitaba la entonces Sociedad Filarmónica —hoy Biblioteca Provincial—, sitio de reunión de la intelectualidad de la época, estimulado por su padre, de quien aprendió el amor por la libertad y por la Patria, la autoridad, el valor, la vocación por la profesión de jurista, y una peculiar defensa del hogar, basada en la lealtad y el respeto.
Similares veladas por la historia tienen lugar en el sitio donde ocurrió el combate contra las fuerzas españolas donde perdió la vida Ignacio; en su Casa Natal; en la Plaza de la Revolución que también lleva su nombre —esta protagonizada por estudiantes de todo el país participantes en el Tercer Encuentro Nacional de Escuelas Pedagógicas—, y en disímiles sitios de una provincia que cuenta, entre sus muchos orgullos, la distinción de ser cuna de uno de los hombres imprescindibles en el devenir de la nación cubana.
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