CAMAGÜEY.- Hace un año que debería estar en funciones el primer hotel en las paradisíacas playas de Cayo Cruz, al norte de Camagüey, pero precisamente esa zona sufrió los azotes más crueles del huracán Irma. El fenómeno atmosférico acabó con más de 20 meses de duro bregar, pues según Ailet Pulido Sánchez, secretaria general del buró especial del Sindicato de Trabajadores Civiles de la Defensa que están empleados allá, “después del ciclón fue como regresar a los inicios”.

Irma solo dejó algunas edificaciones rígidas en las unidades de aseguramiento logístico que la Unión de Construcciones Militares (UCM) había dispuesto y las de Quebrada 17, donde se levantaba el primer hotel. Todas las obras de panelería ligera fueron al piso, así como la carpintería y muchos techos; se dañaron equipos muy valiosos. Hubo estragos en los viales de acceso, tanto en Cayo Romano como en Cayo Cruz, y con ello gran deterioro de las redes hidráulicas, eléctricas y de telecomunicaciones.

LOS QUE SE LEVANTAN

“No dejó nada, tendremos que comenzar de cero”, es la frase que recuerda este redactor a la mañana siguiente del suceso atmosférico, cuando el General de Cuerpo de Ejército Ramón Espinosa hizo contacto por radio con los hombres que permanecieron en el lugar.

Así fue. Mientras la mayoría de los especialistas, técnicos y obreros apoyaban la recuperación de las instalaciones turísticas en los cayos Coco y Guillermo, de la hermana provincia avileña, otro grupo restablecía el paso por los pedraplenes. Desde que se pudo entrar a Cayo Cruz no se ha perdido tiempo, y hoy los trabajadores de las Empresas Constructoras de Obras para el Turismo (ECOT) y la Inmobiliaria Almest están a punto de entregar el hotel Coco Mar para comenzar la ejecución del Coco Caribe.

En estos momentos se trabaja al unísono en la terminación de los objetos constructivos para el turismo y la recuperación de la infraestructura de las empresas. La motelera de Gaviota, que presta servicios a los técnicos extranjeros que laboran en el polo, fue una de las primeras obras que se recuperó. Además, se ejecuta el centro de generación diésel de la Organización Básica Eléctrica, una planta de tratamiento de agua y otra de residuales pertenecientes al Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, así como una base de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa).

También se edifica una estación de servicios conformada por almacenes de aseguramiento para el turismo y una enorme lavandería. Para esta primera etapa está prevista la terminación de la unidad de calderas y una nave para prestar la asistencia de lavado a la hotelería.

EL MOTOR DE ARRANQUE

La puesta en funcionamiento a inicios del 2019 de Coco Mar marcará el arranque del llamado motor de la economía cubana en la cayería norte de Camagüey. A finales de este año se entregará la lujosa instalación de categoría cinco estrellas con 547 habitaciones. Se espera que el grupo Gaviota comparta la explotación del inmueble con la firma española H10 Hotels. Hasta el momento de nuestra visita la obra cumplía los plazos del reajustado cronograma constructivo, así como las normas medioambientales.

El centro comercial adjunto al hotel, conocido como El pueblo, también está en fase de terminación. Incluye instalaciones para servicios de spa, una bolera, sala de fiesta, galería de tiendas, centro de convenciones y varias unidades gastronómicas. Además, tendrá un pequeño hotel de 63 habitaciones que operará por pago en efectivo, según informó el ingeniero Dairon Morales Cuevas, jefe de zona.

El ingeniero civil Pedro Fabré Muiño forma parte del pequeño grupo de profesionales que iniciaron las labores en Quebrada 17. Según él, ya están en la etapa de acabado de la zona A que comprende los seis primeros bungalows, el edificio principal, las áreas comunes y la piscina central. En esta zona se ubican cuatro restaurantes, un teatro, un bar con temática deportiva, gimnasio, snack-bar, ranchón en la playa y un punto náutico. “Como profesional ha sido una experiencia inigualable comenzar mi carrera aquí. He aprendido mucho a pie de obra junto a ingenieros muy capacitados, técnicos y asesores extranjeros, y gozo la posibilidad de trabajar con tecnología y materiales avanzados. Esto te exige mucho como persona, se le pierde el miedo al trabajo”.

Gracias a hombres y mujeres como él, la provincia pudo continuar el desarrollo turístico en la cayería norte, proyecto vital para el sector en la región, que comprende el emplazamiento de más de 24 000 habitaciones hasta el 2030. Haciendo turnos dobles, con escaso tiempo libre, miles de trabajadores han recuperado el ritmo en Cayo Cruz, donde pronto echará a andar un nuevo motor para la economía camagüeyana.