Así, cada mañana es posible verlos rumbo a la casa de abuelos Sueño del Comandante, la única que funciona en el municipio de Najasa y donde por algunas horas no serán simples ancianos.

“Desde que empecé he participado en el carnaval que organizamos, modelado, hecho ejercicios... Creo que nunca en mi vida había tenido días tan agitados, porque cuando uno está aquí tiene que olvidarse de los dolores y darse cuenta de que puede hacer muchas cosas todavía”, asegura Luz Mercedes Gómez Consuegra, una de las “alumnas” fundadora del centro, que abrió sus puertas el 17 de mayo de 2014.

En realidad, llegamos en un mal momento, pues casi comienza la clase de gimnasia que conduce la profesora Liechys y todo el que puede ocupa su sitio en la que calle de frente a la casa.

“Los abuelos van llegando hasta eso de las siete y media, y luego tenemos el desayuno y el matutino, y un poco después esta clase de ejercitación. Es una rutina que los ayuda mucho, pues la ajustamos a sus posibilidades físicas y todo el mundo encuentra una forma de participar”, comenta Liechys, quien en los documentos del Inder local figura con los apellidos Oliva Soliva, pero que para sus abuelos de la casa no necesita más identificación que “la profe”.

A medida que avanza el día se incorporan a la agenda otras actividades como las competencias de dominó y otros juegos de mesas, y diversas actividades manuales que intentan ocupar el tiempo de los 25 matriculados en la instalación y mejorar su calidad de vida.

“Nuestro objetivo es que los abuelitos mantengan su salud a partir del ejercicio físico, que es la mejor alternativa”, explica Duniesky Pacheco Cala, director municipal de Deportes. “Para eso trabajan varios de nuestros profesores, que aplican muchas de las experiencias de la casa en los círculos de abuelos que funcionan en los siete consejos populares de Najasa. Son acciones a las cuales le damos prioridad, debido al envejecimiento de la población y por los aportes que podemos hacer desde la Cultura Física”.

2Ancianos Deportes2Ancianos DeportesA muchos kilómetros de allí, en el poblado de Carlos Manuel de Céspedes, la casa de abuelos municipal persigue objetivos muy similares. En ese occidental territorio son 30 los adultos mayores beneficiados con una instalación recientemente reparada, y la atención cuidadosa de sus trabajadores, Salud Pública y el Inder, que los atiende en forma muy parecida a sus homólogos de Najasa.

“Lo único que nos quedaría por resolver sería el tema de los juegos de mesa, que nos resultan insuficientes, y un día poder levantar un ranchón o alguna construcción similar en la que pudiéramos coger el fresco por las tardes”, apunta Leonardo Modesto Martínez, el activo presidente del Consejo de Ancianos que rectorea el centro.

Fuera de las anteriores dificultades, solo el achaque de los años enturbia los días de los ancianos del lugar. Y para ellos la actividad física se erige como la mejor fórmula de éxito. Desde su experiencia como trabajadora social, Yaquelín Francia Luaces ha podido comprobarlo en repetidas ocasiones y con seguridad la recomienda cual antídoto. “Tenemos un anciano, Jesús Díaz Giró, que con 102 años limpia el huerto y siembra hortalizas y otras plantas. Y entre los demás no faltan los que toda su vida trabajaron y se mantiene activos”. Incluso cuando la vida se acerca a su epílogo, la buena salud no acepta sedentarismos.

{flike} {plusone} {ttweet}