CAMAGÜEY .- Al parecer, la primera gestión oficial realizada en nuestra ciudad para perpetuar la memoria del insigne científico Carlos J. Finlay tuvo lugar cuando el Ayuntamiento de Camagüey aprobó el 10 de mayo de 1944 dar ese nombre a la plaza de La Merced, denominada hasta entonces Charles A. Dana, periodista norteamericano colaborador de José Martí durante su estancia en Cayo Hueso. En lo actual, ese céntrico espacio de la ciudad se denomina Plaza de los Trabajadores.

El acuerdo añadía colocar una tarja en la plaza para recordar al periodista y a la vez transferir el nombre del callejón de Finlay por el de Charles A. Dana; sin embargo, a pesar de documentos y actas del gobierno local la permuta no llegó a materializarse, aunque en los papeles consta que esos cambios fueron realizados de manera oficial.

Otro lugar denominado con el nombre del descubridor del transmisor de la fiebre amarilla fue la plazoleta situada en la calle Cisneros, entre Ayestarán y Boza, en el poblado de Minas, lo que fue aprobado en septiembre de 1944.

Cuando se iniciaron las obras de la doble vía al aeropuerto de nuestra ciudad se recibieron en el Ayuntamiento numerosas solicitudes de nombres para esa importante carretera, que hasta entonces era conocida como Camino de Pueyo o Avenida de Bélgica.

Una de las propuesta llegó desde la Asociación de Veteranos del Ejército Libertador, quienes abogaron porque se le nombrara Avenida de los Héroes, nombre que se aprobó por el consenso general de los ediles en la sesión de gobierno del 2 de mayo de l941.Sin embargo, y a pesar de ese acuerdo, ya conocido oficialmente, un grupo de influyentes políticos locales pidió cambiar el nombre por el de Avenida General Batista. Esa propuesta, por supuesto, no prosperó en Camagüey.

Desde La Habana, el periodista lugareño Andrés Núñez Parra publicó un documento con fecha 6 de septiembre de 1944, donde razonaba para que la nueva carretera en construcción se denominara Avenida Joaquín de Agüero. La exclusiva Sociedad Liceo se solidarizó con ese nombre e inició una fuerte campaña entre sus miembros. En octubre de ese mismo año el Club Rotario reclamó el nombre de Ignacio Agramonte.

El 2 de septiembre llegó al Ayuntamiento de la ciudad otra solicitud reclamando el nombre de Avenida Agüero-Aponte. Fue la Logia Santa Lucía No. 23 de los Caballeros de la Luz, quien pidió en carta fechada el 23 de noviembre de 1944 que se le diera el nombre de Avenida Carlos J. Finlay; con ese nombre se solidarizaron los vecinos de Minas, quienes recogieron firmas y las enviaron al alcalde de la ciudad.

Como las obras de la carretera llegaban a su fin y se iban sumando más solicitudes de nombres, y con el fin de llegar a un acuerdo sobre el particular y concluir con la polémica, el Ayuntamiento de Camagüey sometió el caso a votación entre sus ediles con el siguiente resultado: Avenida de los Héroes, un voto; Avenida de las Américas, un voto; Avenida del General Batista, un voto; Avenida del Lugareño, cuatro votos; Avenida Ignacio Agramonte, dos votos; Avenida Fínlay, 14 votos.

El resultado de aquella novedosa forma de determinar el nombre de una vía en nuestra ciudad fue hecha firme en el acta del 28 de noviembre de 1944, según consta en los archivos del Gobierno local, por lo que el próximo mes el nombre ya popular de esa importante vía cumplirá 72 años.