CAMAGÜEY.- No tengo mucha experiencia relacionada con el hospital clínico quirúrgico Amalia Simoni, de esta ciudad, aclaro, como paciente; sí vivida por algunos familiares o amigos y siempre salimos, ellos y yo, muy complacidos de la atención, tanto de profesionales, técnicos o auxiliares.

Confieso también que en cada caso me hacía la misma pregunta: ¿cómo pueden?, y ese ¿cómo pueden? estaba referido a la capacidad de entrega con tan poco a cambio, –entiéndase desde el punto de vista estructural --.

Era algo casi inaudito; sin embargo, salía convencida de que el sentido de pertenencia de sus trabajadores era casi único. Llegar a un cuerpo de guardia un día lluvioso y encontrarlo inundado y a la vez tan buen trato, exquisita ciencia y el aliento de que todo saldría bien no lo olvido, mas ahora, cuando entro a sus instalaciones que dejaron atrás esa carpintería corroída por la carcoma, baños tupidos, paredes ruinosas... se siente algo muy especial, aunque allí mantienen algo inviolable: la buena atención a sus enfermos.

EL CAMBIO...

Dr. Eduardo Rivero, director del “Amalia Simoni”El 2013 también entra en la historia, digo también y después lo justificaré. Entonces comenzaron a modificarse las salas de hospitalización, entre estas las de Medicina, Cirugía y de Ortopedia, y al terminarlas se pasó al mantenimiento de la de Geriatría, ahora reubicada, pues está como Terapia Intermedia y en el actual 2016 se inició una gran reparación en la de Intensiva, propuesta a terminarse en unos tres meses; va a buen ritmo y quedará  con sus cubículos independientes, con un pasillo para que los familiares observen a sus enfermos a través de un cristal.

Lo anterior fue dado a conocer por el doctor Eduardo Rivero Peláez, su director y especialista en Ortopedia y Traumatología, quien no abandona a sus pacientes y los intercala entre sus funciones directivas.

Quedan por remodelar la sala de penados, el salón de operaciones, la central estéril, y para el segundo semestre, de acuerdo con el presupuesto, acometer la de la morgue, juntamente con el servicio de Anatomía Patológica que mantiene un nivel de uso con el departamento de Medicina Legal, una institución adjunta.

Una de sus salas insigne y territorial en la provincia es la de Rehabilitación y ya está restaurada, así como las instalaciones destinadas a consultas externas; y a lo no concluido se le buscan variantes, pero, aseguró el Dr. Rivero: “No se dejan de brindar los servicios”.

El Profesor Rivero Peláez mencionó entidades vinculadas a esta nueva imagen de la institución como: las empresas de Transporte, de Industria de Materiales de la Construcción, Almacenes Universales y la Oficina del Historiador de la Ciudad, por solo mencionar algunas.

De la ejecución física de más de 23 millones de pesos al cierre del 2015, además de más de 3 millones de CUC en el sector de la Salud en el territorio, una parte importante se utilizó en este hospital que fue beneficiado con la sustitución de toda su carpintería y redes hidrosanitarias y en el actual año estuvo considerado en el presupuesto porque, además, se une la extensión hospitalaria que asume la policlínica del IPVC Máximo Gómez Báez, que estará subordinada al centro y ya comenzaron sus arreglos para utilizarlo como sala de hospitalización para personas con sospechas de enfermedades infecciosas como el dengue, y abundó el director: “Así no limitamos nuestra capacidad y no paralizamos servicios para dar cobertura en número de camas”.

Importantes especialidades médicas sobresalen en el hospital citadino y asume la Sala de Penados; los servicios de Hematología, Geriatría, Neumología, estos tres de carácter provincial, mientras Terapia Física y Rehabilitación (este a parte de Las Tunas, Ciego de Ávila y Sancti Spíritus) y los departamentos de Gastroenterología, de Dietética, Psicología, que no cuentan con capacidades de ingreso.

Aquí se reciben los eventos epidemiológicos, o sea, servicio de Infectología con 32 camas y cuando resultan insuficientes hacen cambios y aseguran la atención.

OPINIONES...

Nadiezhda Estévez Miranda se rehabilita.La camagüeyana y oficial del las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), Nadiezhda Estévez Miranda, de 25 de años de edad sufrió un accidente de tránsito que le impide caminar. Ella elogió la preparación del personal de la Sala de Fisiatría y Rehabilitación, donde permanece desde hace más de dos meses. “La mejoría ha sido mucha, me han enseñado a ser independiente, y espero salir airosa después  de dos operaciones que me realizarán, ya pasé por una de las intervenciones quirúrgicas”.

En la Sala de Terapia Intensiva, que después será la de Intermedia el Dr. Jorge Silvestre Duquesne, manifestó su beneplácito por el cambio estructural de esta y del hospital en general y halagó que a  los especialistas los hayan tenido en cuenta a la hora de las inversiones y mantenimientos.

Santiaguero de nacimiento y camagüeyano de corazón, porque asegura haber tomado agua de tinajón y quedó “atrapado” por una camagüeyana, el Dr. Euardo Vargas Girón, es el jefe de la Sala de Terapia Intermedia.

“Un orgullo muy particular tenemos los trabajadores de este hospital, aquí participamos hasta en las labores constructivas, el sentido de pertenencia es muy grande y está avalado por la satisfacción de los enfermos y sus familiares, algo que nos hace felices y a la vez nos obliga a cuidar lo que hoy tenemos. El viraje del inmueble ha sido espectacular y ahora todos estamos llamados a cuidar”.

Dr. Eduardo Vargas Girón, jefe de la Sala de Terapia Intermedia.Así dijo el Dr. Vargas, quien agregó que actualmente se adoptaron reubicaciones hasta tanto cada Sala esté terminada y en su lugar, y mencionó mejoras relevantes en todo lo relacionado con la atención a los profesionales de guardia.

EL PORQUÉ DE LA HISTORIA ANUNCIADA...

Los camagüeyanos y trabajadores del “Amalia Simoni” añoramos por años ver así a este hospital del que dije al inicio el 2013 también entra en la historia porque a este centro hospitalario no se le había “pasado la mano”, y sería imperdonable pasar por alto que fue el primero inaugurado por el Comandante en Jefe Fidel Castro después del Triunfo de la Revolución el 27 de noviembre de 1959 y que su primer director y por más de diez años, fue el Dr. Jorge Castellanos Vasconcellos quien formó parte de un grupo de médicos cooperantes de las Naciones Unidas, que después de la Segunda Guerra Mundial efectuó trabajos de rehabilitación en la población y en heridos de guerra en Europa.

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