CAMAGÜEY.- A más de 130 000 personas atrajo a la Plaza de la Revolución Ignacio Agramonte, de esta ciudad, el salvadoreño Álvaro Torres, quien llegó aquí acompañado del joven músico cubano Juan Guillermo Almeida (JG).

 Con Dame un traguito, canción compuesta por Juan Almeida Bosque, héroe de la Revolución cubana y padre de JG,  el joven artista puso a bailar y corear al público y con versos cantados homenajeó a su papá. Así  "calentó" el escenario para la llegada del romántico Álvaro Torres.

 

La dirección provincial de Cultura y autoridades del Partido y el Gobierno entregaron un reconocimiento al músico, quien fue, según señalaron esas autoridades, el principal responsable de la actuación de Álvaro Torres aquí.

Reconocieron su aporte a la música cubana y al arte nacional, así como su cercanía a esta provincia.

 "Es un sueño hecho realidad. Durante mi carrera muchas veces me han hablado de que en Cuba se conoce y se escucha mi música. Qué lindas sus voces, cuántas luces", dijo emocionado el cantante salvadoreño después de entonar las primeras notas y sentirse acompañado por el público.

Temas como Espacios vacíos y Buenos amigos del "último romántico de Latinoamérica" conmovieron la la Plaza.

Agradecido por la gente que comparte sus "grandes verdades" hechas música, Álvaro Torres abrazó con lecciones cantadas de amor y vida a los camagüeyanos.

 

Tras presentar a la banda que lo acompaña, formada por músicos del país, agradeció al cubano José Luis Castro, quien "prendió la chispa" para que llegara a Cuba.

A la pequeña Laura Roldán Otero-Cosío, el cantautor regaló minutos memorables al dedicarle, complaciendo la petición de la niña, su Chiquita mía.

 

"Es una canción que siempre me ponen en mis cumpleaños y no quería perder la oportunidad de que me la cantara él mismo", dijo Laurita a Adelante Digital,  todavía emocionada por el regalo de su ídolo.

Durante el concierto, Álvaro Torres agradeció varias veces a los espectadores por llenar la Plaza y hacer suyos sus temas. "Esto lo repetiremos", aseguró.

Personas de distintas generaciones disfrutaron por alrededor de dos horas la música de JG y Álvaro Torres, una opción de verano que será, sin dudas, entre las preferidas de los camagüeyanos al cierre de esta temporada.