LA HABANA .- Somos cinco personas que solo querían proteger a su pueblo de quienes pretendían hacerle daño, ese fue nuestro único crimen, expresó recientemente el héroe cubano y luchador antiterrorista Gerardo Hernández.

"Con nosotros no hubo la más mínima consideración", dijo y sus palabras aún estremecen. Hasta diciembre de 2014 fue un hombre en cautiverio condenado a pasar dos vidas en una cárcel de Estados Unidos -¡que resultara posible!- y además otros 15 años.

Hernández, junto a sus compañeros Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González, conformó ese "Quinteto de gigantes", como los calificó el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro.

Juzgados, sentenciados y condenados en un proceso legal manipulado, viciado, arbitrario e injusto, los Cinco - como los identificó la campaña internacional que clamó por su liberación- fueron arrestados en la ciudad estadounidense de Miami el 12 de septiembre de 1998, hace poco más de 19 años, recordó Gerardo.

Durante un intercambio en la Sociedad Cultural José Martí con estudiantes, amigos solidarios y personalidades que trabajaron incansablemente por el retorno de todos a su patria, Gerardo reiteró el agradecimiento a los que contribuyeron a que volvieran a casa, al lado de los suyos.

La solidaridad hizo posible el regreso, subrayó el actual vicerrector del Instituto de Relaciones Internacionales Raúl Roa García, de donde él fue un egresado.

Explicó que "el nuestro era un “caso incómodo”para el sistema de justicia estadounidense".

Cierto, los Cinco pusieron en el banquillo de los acusados a la Casa Blanca responsable, a fin de cuentas, del amparo y la total impunidad con que grupos extremistas de origen cubanoamericano preparaban y organizaban actos terroristas contra la isla.

El 20 de octubre de 1998, Fidel Castro, en una entrevista con la cadena de televisión CNN, defendió el derecho de Cuba a informarse sobre la actividad de los grupos terroristas que operaban en el sur de Florida.

 Foto: Tomada de embajadacuba.com.veFoto: Tomada de embajadacuba.com.ve

NOVIEMBRE DEL 2000, DOS AÑOS DESPUÉS

 El 2 de octubre de 1998 se radicó la causa ante un Jurado Federal, que acusó a 10 personas por conspiración para cometer supuestos actos de espionaje y de ser agentes extranjeros, entre otros.

En aquel momento se desconocía la verdadera identidad de tres de los implicados. Los mantenían detenidos sin derecho a fianza y pendientes de juicio.

Pero el proceso de selección del jurado para el juicio comenzó el 27 de noviembre del 2000, dos años después del arresto del grupo.

Muchos de los convocados manifestaron resistencia a integrar el jurado, temerosos por quedar expuestos al escrutinio de la prensa miamense, incluso por miedo a reacciones violentas del llamado "exilio cubano" en caso de que el veredicto fuese contrario a sus intereses.

El 6 de diciembre del propio año, empieza la vista oral de este juicio. Fiscalía y defensa presentan sus argumentos.

Durante la audiencia, la defensa presenta sendos discursos de apertura en favor de sus defendidos y revela entonces la identidad de tres de los acusados.

Al referirse al inicio del juicio en su diario, René González señala que empezó "alrededor de las nueve de la mañana" en lo que sería la "parte visible de este proceso", pues ya se habían agotado "todas las bajezas, presiones y abusos que han constituido hasta el momento el 80 por ciento del mismo".

De los detenidos en 1998, durante el operativo del FBI en Miami, solo "nosotros cinco habíamos decidido enfrentar la presión y el chantaje de los fiscales", apuntó González.

El diario de René constituyó el recuento detallado de lo que iría ocurriendo en cada jornada dentro de la corte miamense y lo redactó en forma de misiva a su esposa Olga Salanueva.

Según confesó, desde la primera línea es "la carta más larga que he escrito o escribiré en mi vida. Te la dedico a ti en este día en que tantos sentimientos y sensaciones encontradas me asaltan".

Años después, ya libre, escribió: "la tónica de revancha y desquite que aquella escena representaba determinaría el espíritu de la actuación de la fiscalía y el funcionamiento de las ruedas de la justicia federal desde entonces hasta nuestros días".

Organismos de derechos humanos, activistas, personalidades de diferentes ámbitos, incluso un grupo de expertos de Naciones Unidas expresaron sus inquietudes sobre las circunstancias del arresto y la farsa judicial seguida contra esos cinco cubanos.

PÁGINAS ATRÁS

Recibieron las penas más severas; compartieron celdas con todo tipo de convictos.

Estuvimos 17 meses en el "hueco" (celdas de aislamiento en solitario) sin haber cometido nunca una indisciplina, expresó Gerardo Hernández.

Nos mantuvimos en el Centro de Detención de Miami todo el tiempo del juicio -recordó-. Al final nos repartieron. Mi última prisión fue Victorville, en California, una cárcel en la que hay todo tipo de presos.

Allí identifican a los reos -añadió- según los tatuajes que llevan en sus cuerpos y de esa forma se sabe a qué pandilla pertenecen... En medio ese tipo de ambiente fue en el que cada uno tuvo que sobrevivir.

De acuerdo con su testimonio, en las penitenciarías sabían que estaban allí por no fallar a sus principios, porque "cualquiera de nosotros que cooperara salía al otro día de la cárcel".

Quien no coopera con las autoridades -subrayó- gana mucho prestigio dentro de la prisión y quien va a juicio también.

De conjunto llegaron a llevar sobre sí la condena de dos cadenas perpetuas y más de 70 años de prisión.

El escritor canadiense Stephen Kimber, autor del libro Lo que hay del otro lado del Mar- La Verdadera Historia de los Cinco Cubanos, afirmó en una ocasión en declaraciones a Prensa Latina que ellos fueron víctimas de un "extravío de la justicia y la mejor manera de corregir ese error es liberándolos".

"Si los estadounidenses comunes comprendieran lo que sucedió en realidad, ellos se sentirían tan indignados como yo lo estoy por el extravío de la justicia que tuvo lugar allí y presionarían a su gobierno para que los liberara", enfatizó.

Pero la decisión de liberar a los Cinco en última instancia será política; ya se agotaron las avenidas legales, advirtió Kimber.

Desde mayo de 2005 un panel de la Organización de Naciones Unidas concluyó que el arresto fue ilegal y arbitrario; sin embargo, Washington nada hizo por solucionarlo.

En el 2011 René González cumplió su condena y retornó a Cuba. Lo mismo ocurrió con Fernando González en el 2014. Meses más tarde, en diciembre, Gerardo Hernández, Ramón Lañaniño y Antonio Guerrero fueron liberados en el contexto del proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas Estados Unidos-Cuba.

 *Periodista de la Redacción Nacional de Prensa Latina.

Foto: Tomada de cubadebate.cuFoto: Tomada de cubadebate.cu