De inmediato se persono en el lugar la Dirección de la Oficina del Historiador quien en breve tiempo y con trabajadores de la Empresa de Restauración y Conservación de ese mismo organismo, restituyeron la pesada pieza a su pedestal donde se encontraba desde el 24 de febrero de 1912.

Las autoridades a cargo investigan los hechos para definir responsabilidades por este atentado al patrimonio ciudadano.

En los últimos días el parque Agramonte, debido a ser plaza abierta a la conectividad digital, ha sido testigo de numerosas violaciones e indisciplinas que atentan contra las normas éticas de nuestra ciudad.

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