Camagüey.- ‟Y cómo no amarte si eres tan grande, si tan elevado es tu corazón. Sí Amalia, me siento arrastrado porque se ama lo bueno, y se adora lo bello. Sin embargo, yo te aseguro que vacilaría si alguna vez encontrara tu felicidad y mi deber frente a frente; creo que ya te lo dije en otra ocasión. Ojalá nunca se encuentren. Adiós, mi Amalia, hasta otro día”. (Fragmento de una carta de Ignacio Agramonte.)