CAMAGÜEY- La infestación de áreas destinadas a los cultivos y a la ganadería con marabú es una realidad incuestionable en Cuba; solo en Camagüey 192 842.57 hectáreas, aproximadamente el 17 por ciento de la superficie agrícola del territorio, están ocupadas por esta planta invasora. Mas poco se conoce de los efectos del Dichrostachys cinerea (nombre científico) en la fertilidad y calidad del suelo y de su empleo en la elaboración de alimentos para animales.

Tal análisis trascendió durante el primer taller- escuela que realizaron, este miércoles en el Centro de Convenciones Santa Cecilia, líderes del proyecto de colaboración científica internacional “Acercamientos multidisciplinarios eco-amistosos para controlar y manejar el marabú en la región centro-oriental de Cuba”, que desarrollan la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte (UC) y Ghent, de Bélgica.

Redimio Manuel Pedraza Olivera, doctor en Ciencias Veterinarias, profesor titular de la UC y promotor del proyecto por la parte cubana, reconoció como uno de los principales retos el lograr que el marabú, bajo manejo apropiado, pueda integrarse en una agricultura más sustentable.

“Esta especie tiene entre sus potencialidades los beneficios que provoca al suelo. Es necesario estudiar una estrategia para el manejo sostenible en el momento de desmonte. Que la misma permita conservar la materia orgánica y minimiza así el impacto del uso de la maquinaria pesada y de productos químicos que pueden intensificar los procesos de degradación del suelo”.

Durante el taller, donde participaron estudiantes, directivos de la delegación provincial del Ministerio de la Agricultura, académicos y campesinos, se destacó entre las muchas utilidades de la planta leñosa el ser fuente de energía, constituir también refugio para la vida silvestre, ser una importante fuente de alimentos para animales herbívoros y poseer varios usos en la medicina animal y humana. Se reconoció además su impacto favorable en la economía familiar en el ámbito rural pues su madera puede utilizarse en artesanía, en la fabricación de carbón vegetal y de postes de cercas.

El proyecto, financiado por VLIR UOS, sustenta sus bases en el manejo sostenible de los recursos naturales en función de la mitigación y adaptación al cambio climático, y asume como objetivo general contribuir a mejorar el sustento de agricultores y la soberanía alimentaria en la región Central- Oriental en Cuba.