CAMAGÜEY.- Alejandro González Sánchez tiene veinte años y domina la técnica alfarera del engobe al punto de modelar al detalle cada obra en función de la historia que quiere contar a través del barro de esta región.

Desde enero trabajó en el taller para lograr un conjunto de cerca de 70 piezas, con vistas a la segunda muestra personal, espejo del aprendizaje como discípulo del extraordinario ceramista Ángel Blanco Miralles “Bebé” (1943-2020)

Tituló Nacimiento camagüeyano su representación del nacimiento de Jesucristo, abierta al público el 11 de diciembre en la Iglesia de la Soledad, y que constituye un aporte a la tradición del belenismo en esta ciudad.

“Alitico”, como lo llaman familiares, amigos y colegas, acudió al curador Yoelxy Pilliner López, por su visión como especialista de la plástica y por la experiencia en exposiciones con temática religiosa, aunque de origen africano.

Desde un enfoque cultural, ambos coincidieron en la importancia de sumar personajes populares y otros elementos distintivos de la región como los tinajones, el paisaje, la arquitectura, por lo que devino un belén local.

Durante el proceso surgieron inconvenientes, pues parte de la arcilla estaba contaminada y eso requirió un proceso de oxidación que garantizara la quema segura. Algunas se rompieron en la fase del horno.

“Utilizó barro de San Miguelito y de un poco más allá de Florida. No hubo necesidad de importarlo de Bayamo, otra zona con buen material para la cerámica. Con la pandemia era difícil salir de la provincia”, contó Pilliner.

El público puede constatar la calidad de los objetos cerámicos, el cuidado de las proporciones tanto en las formas de humanos como de animales, los detalles en los rostros, los pliegues del vestuario y escenas alrededor de la sagrada familia.

Devotos que acudieron a la inauguración elogiaron el relato de unión, paz y esperanza desde la anunciación del ángel Gabriel; el modo de presentar al Niño Jesús en brazos de José, el momento de la comunicación a los pastores y al caracterizar tres continentes en los Reyes Magos.

“Nos tomó seis días de montaje. Ha sido arduo porque requiere de un diseño escenográfico, por la abundancia de vegetación natural y la cantidad de piezas de diferentes tamaños hechas la mayoría por Alejandro”, precisó el curador.

En la apertura de Nacimiento camagüeyano fue interpretado el villancico Noche de paz, Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad desde el 2011, condición resaltada por Monseñor Wilfredo Pino Estévez, quien también compartió otro dato: cada año 25 000 personas visitan la representación en la Soledad.

EN DIÁLOGO CON ALITICO

Alitico es miembro de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA) y realizó en 2020 su primera exposición personal, dispuesta en su propia casa y consistente en un belén de 40 piezas.

“Desde niño he estado en la iglesia y me ha gustado el mundo de la Navidad. He ayudado a armar los belenes en la Iglesia del Cristo y desde hace algunos años a colaborar aquí. Cuando entré a la cerámica, empecé a confeccionar imágenes”, contó a Adelante Digital.

¿Qué sabes de la relación de la artesanía con la tradición del belenismo?

─Mi maestro Ángel Blanco Miralles “Bebé” me contó que al principio a Camagüey se traían las imágenes de España. Poco a poco los artesanos de aquí fueron confeccionando las imágenes. Las hicieron en barro, en yeso y hasta en madera. Cerca de aquí, en la calle Avellaneda, un señor se dedicaba a eso. La realización de los nacimientos es una tradición de Camagüey.

De un año a otro, ¿qué pasa con las piezas?

─Muchas se vuelven a usar, aunque al año siguiente tratamos de cambiar algo, de buscar otra casa, otro establo, otra cueva. Ahora, a lo típico del belén agregamos valores patrimoniales del Camagüey. Representé a Matao, el vendedor de agua que habita en la Plaza del Carmen en una escultura de Martha Jiménez. Pensé en Candita Batista, Vedette Negra de Cuba, y en un músico tan querido como Adalberto Álvarez, a raíz de su muerte en 2021.

Me llama la atención la textura, ¿prefieres el barro sin esmaltes?

─ No me gusta enmascararlo, claro, aplico color para resaltar la ropa o algún objeto pero quiero que se identifique el barro, un material que identifica a Camagüey, Ciudad de los Tinajones y también la ciudad donde desde hace siglos se trabaja la cerámica, en general.

Desde un pequeño espacio invitas a imaginar una historia, ¿qué despierta mayor curiosidad de los visitantes?

─El nivel de detalle, por ejemplo, la palomita, el agua cayendo, los animales interactuando con las personas, la pieza jocosa del niño asomado a un tinajón. En este momento, tiempo de la Navidad, esperamos el día 24 por la noche, cuando realmente nace el Niño. Celebramos el acontecimiento del nacimiento de Cristo. El centro es el establo con María, José y el Niño; lo venimos a mirar desde el punto de vista de la fe y a cómo lo hicieron aquellos pastores hace dos mil años. La representación estará hasta después del Día de Reyes Magos, el seis de enero. Quisiera que el pueblo camagüeyano la reciba como un regalo.

Es una muestra austera en el sentido de materiales sencillos. Cuéntame

─Además empleamos cajas de cartón, papel cartucho y de sacos de cemento. En la ambientación predomina la guajaca, que es una planta, y ejemplares de curujey. Aquí damos vida a materiales reutilizables.

Cierras un ciclo muy creativo, ¿qué derroteros enfocas ya?

─Mantener esta tradición de los nacimientos. Sería muy bueno que otros artistas se sientan motivados. Hay más iglesias en las que, con los años, las imágenes se han desgastado. Sería un orgullo para el propio Camagüey, la Ciudad de las Iglesias, que las iglesias tengan imágenes de sus propios artistas.