Tal declaración a la prensa la hacía Carlos Agüero García en octubre de 1930; había concluido la Guerra de Independencia con los grados de general de brigada del Ejército Libertador, y no era esta su primera manifestación antiimperialista, desde 1901 venía participando junto a Maximiliano Ramos (también general) en todos los actos de repudio contra la Enmienda Platt que por entonces organizaba su compañero de armas.
Carlos nació en Camagüey el 14 de junio de 1843, concluyó la instrucción primaria y se dedicó de inmediato a la administración de una pequeña finca familiar en la zona de Maraguán, desde donde comenzó a conspirar contra España, vinculándose a Gregorio Benítez, otro de los generales independentistas, y algunos vecinos simpatizantes con la causa revolucionaria.
Una vez declarada la Guerra de 1868 por Carlos Manuel de Céspedes en La Demajagua, Carlos es de los hombres que se declaran en rebeldía en este territorio bajo las órdenes de Augusto Arango y ocupan el poblado de Guáimaro, está presente en la reunión del Paradero de Las Minas donde Ignacio Agramonte acabó con las vacilaciones de quienes preferían la paz por la vía del sometimiento a España, y se define la posición independentista de los camagüeyanos en la contienda, también combate en Bonilla donde las fuerzas criollas derrotan a una numerosa columna al mando del sanguinario conde Valmaseda.
Augusto Arango es asesinado en enero de 1869 por lo que Carlos Agüero pasa a las órdenes del general Manuel de Quesada; se destaca como soldado en el combate de las inmediaciones de la Sierra de Cubitas donde los cubanos se anotan una nueva victoria frente a los hombres de Lesca, y allí merece los grados de cabo. A finales de abril pasa a las fuerzas de Ignacio Agramonte junto al que pelea en Ceja de Altagracia y en el ataque a la ciudad de Puerto Príncipe. Durante los años de 1879 a 1873 está a los servicios de El Mayor y por su destacada participación en numerosos combates es ascendido a teniente primero y en julio de 1872, durante los enfrentamientos de El Salado y Jacinto gana el ascenso a capitán.
A principios de 1873 pasa a las filas de la infantería donde combate durante los sucesos del 11 de mayo, que concluyen con la muerte de Ignacio Agramonte en el Potrero de Jimaguayú.
Cuando el general Máximo Gómez ocupa la jefatura militar del Departamento del Centro, en sustitución de Agramonte, Agüero se mantiene en el Ejército y participa en los asaltos a los poblados de Nuevitas, Santa Cruz del Sur y San Jerónimo, en los combates de La Sacra, Palo Seco, Naranjo, Mojacasabe y en la famosa Batalla de Las Guásimas, la acción más importante de la Guerra de los Diez Años.
Cuando Gómez decide invadir Las Villas en enero de 1875, Carlos queda en Camagüey a las órdenes de Henry Reeve (El Inglesito) quien lo asciende a comandante.
Ya para abril de 1877 recibe los grados de teniente coronel y el mando del regimiento de infantería "Caonao" puesto que desempeñaba en el momento de caer prisionero durante una escaramuza, y solo después del Pacto del Zanjón es liberado.
Cuando estalla la Guerra Chiquita en agosto de 1878 se prepara para el levantamiento armado, pero vuelve a ser encarcelado por espacio de nueve meses.
Una vez reiniciada la Guerra en 1895 es de los primeros camagüeyanos que secunda el movimiento armado iniciado el 24 de Febrero. El 15 de mayo marcha para el campo insurrecto con la misma resolución inquebrantable del ´68, organiza una pequeña fuerza con la que opera hasta el mes siguiente en que el contingente del general Máximo Gómez penetra en la provincia y se pone a su disposición.
El 29 de junio de 1896 Carlos Agüero recibe el grado de general de brigada y ocupó sucesivamente la jefatura de la primera y segunda divisiones del Tercer Cuerpo del Ejército Libertador; posteriormente desempeñó el mando de la Brigada de la Trocha, y de la Tercera Brigada de la Segunda División.
Instaurada la República Neocolonial en nuestro país luego de la intervención estadounidense la confrontación hispano-cubana, se retira a trabajar a una pequeña finca que pudo adquirir con la paga que recibió el Ejército Libertador. Recibió innumerables ofertas para desempeñar cargos públicos, pero los rechazó todos al ser totalmente opuesto a la presencia norteamericana en suelo cubano, llegando a criticar públicamente a los distintos gobiernos republicanos y a quienes buscaban o se apoyaban en la mediación imperialista.
Carlos Agüero García mantuvo su digna posición hasta su fallecimiento ocurrido en su natal Camagüey el 21 de enero de 1939.
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