Leonardo Ojeada Ruiz, ingeniero jefe de mantenimiento, explicó que gracias a la inventiva de los innovadores se adaptaron motores al moderno sistema de enfriamiento, de tecnología china, que no lograba las temperaturas necesarias en la nevera, por lo que intervino el personal técnico de la fábrica.

“Hoy logramos hasta 22° grados bajo cero, algo vital para la calidad del helado y que no se conseguía desde hace décadas”, destacó el ingeniero.

Con él coincidió Luis Moreu González, electricista que intervino en el ajuste de los motores, quien destacó la unidad del colectivo como algo vital para los logros, además de la versatilidad, “aquí todo el mundo hace lo que tenga que hacer, yo mismo hasta soldé”.

“Ahora el helado tiene buen peso y buen nivel de compactación; con las posibilidades de frío de antes eso era imposible. Desde hace años no teníamos algo así”, subrayó Ana Labañino Matos, operaria de una de las máquinas elaboradoras de helado.

Rogelio Peña Consuegra, director de esta entidad, explicó que a pesar de las mejorías aún persisten dificultades con el sistema de frío, “pues falta el montaje del condensador evaporativo y otras readecuaciones en la tecnología, para regresar a la capacidad con que se diseñó la fábrica de 10 000 galones por día”.

El paro fabril para acometer los arreglos solo duró una semana, pero el atraso productivo se acumuló desde mediados de año debido a las dificultades con las temperaturas en la nevera, que empeoró en el mes de octubre.

Según dijo Rogelio, los planes productivos del año deben cumplirse sobre un 92% en la actualidad elaboran alrededor de 6 000 galones cada jornada de unos seis u ocho sabores, incluido el helado especial que se distribuye en centros como El Lago de los Sueños y la Isla del Tesoro.

La planta camagüeyana, próxima a cumplir 46 años de fundada, completará a inicios del año venidero la puesta en marcha de todo el equipamiento aprobado en una inversión que data del 2012.

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