Lecturas

Espacio para disfrutar de la lectura, aprender y entretenerse.



El verso inicial, trasformado en titular del comentario, tiene la intención de reconocer el niño interior del periodista, al camagüeyano de intensa y novedosa obra literaria Nicolás Guillén Batista, quien dedicó también textos infantiles, con el mismo fervor con el que expresaba sus ideas políticas, entre ellas las socialistas, nada bien apreciadas por sus contemporáneos, sobre todo por el color de su mulata piel.

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Lo observa todo a su alrededor, parece que marcha a una batalla consigo mismo. Una mano lo acaricia y es suficiente para obtener la fuerza que necesita. Es la mano que siempre lo ha acompañado en sus peleas, las buenas; no esas a las que obligan a los de su tipo.

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Hoy despedimos a un hombre necesario, justo y noble. Para Rafael Fals Cabalet, nunca hubo un imposible. Su vida estuvo signada por la familia y el trabajo. A ambas obras se entregó con convicción y con vocación.

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Transcurría la década de los ‘90 del pasado siglo. La Sierra de Cubitas era frecuentada por miembros del Grupo de Solidaridad Chau-Bloqueo. Yordan Alonso Riopedre nunca había viajado al exterior cuando ese movimiento hermanado con Cuba tendió el camino para que el profesor de la otrora escuela Ángel Castillo Agramonte (Sola 13) conociera la casa donde nació el Che en la ciudad de El Rosario.

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Menudos hombrecillos son los jinetes de carrera. Tienen que ser así para que a menor peso, según las consabidas leyes físicas, el corcel Árabe o Pura Sangre gane metros como saeta contra el viento.


Dentro de los muchos pasatiempos coleccionables la filatelia es uno de los más universales, pero desde el mismo momento en que el sello postal se convirtió en un valor sobre vinieron intentos de estafas, engaños al fisco y al correo, incluso la falsificación con fines lucrativos. A lo largo de la historia los más célebres casos han sido los mejores timadores, porque pasaron a la posteridad por su maestría en las copias, por eso hoy les brindamos un rápido recuento de tan pícaros personajes.


No sé por qué, entre tantos, me asaltan esos dos recuerdos. Quizás porque nunca he sido más fuerte que cuando me has necesitado, cuando has dependido de las fuerzas de mamá. Lo contado es lo que vuelve, en imágenes, recurrentemente, esos momentos clímax, de dolor y cansancio, y también de fuerza. Pero con los recuerdos, me vuelve la certeza: al final, las dos veces, vencimos juntas.


Desde niña, siempre disfruté los Primero de Mayo, por la fiesta, la gente, la familia y las frituras de maíz que siempre comía al terminar el desfile. En una ocasión no pude desfilar porque estaba enferma y saqué todos los percheros del armario, les pegué papelitos de colores y llené la casa de banderas. Tal vez por eso recuerdo con tanta tristeza aquel 1ro de mayo del 2020, desde un centro de aislamiento por sospecha de COVID, en el que mi plaza y mi casa estaban tan lejos.


En el barrio le decían “Chimbín”, pero nadie sabía que le gustaba jugar ajedrez y tenía un amarillento título de Ingeniero. Tampoco conocían de su esposa e hijo; que guardaba una colección envidiable de discos de boleristas cubanos y que todo lo cambió por un traguito de ron. Era el borracho repugnante, el “nadie” que se sentía nada sin la voz de Elena Burke en aquel tocadiscos que vendió cuando el frío apretó el alma.