En abril de 2014 Yosvany Álvarez Torres contaba cómo él y su inseparable amigo Aníbal Vayán vendieron sus casas en Quan Tri para abrirse paso entre la maleza, allá donde el diablo dio las tres voces en la comunidad de Batalla de Guisa, en la carretera hacia Najasa. Sobre las ruinas de una vaquería que llevaba 30 años sin producir, se ha hecho a fuerza de sudor y empeños, un guajiro con “resultados sólidos”, como él mismo dice.