Una tendencia descendente se observa en la tasa de fallecimientos por cada 100 mil féminas desde 2002, con mayor énfasis a partir de 2008, cuando comenzó en el territorio la instalación de videocolposcopios.

Esos equipos toman y almacenan imágenes de alta resolución en una computadora, para facilitar una mayor precisión clínica del diagnóstico de tumores cérvico-uterinos, y actualmente están disponibles en siete de los 13 municipios camagüeyanos.

El doctor Gustavo Crespo, jefe de esa consulta en el Hospital Gineco-Obstétrico Centenario, adscrito al Materno Ana Betancourt de Mora, señaló que el éxito del programa radica en el diagnóstico precoz de lesiones pre-invasivas, antes de convertirse en carcinomas.

De ello ha dependido la reducción de la mortalidad, pues cuando aún no son tumores malignos es más fácil su tratamiento y perspectivas de curación, aunque sí se observa un por ciento alto de positividad para lesión pre-maligna, lo cual indica una educación sanitaria todavía deficiente, explicó el especialista.

La presencia del virus del papiloma humano y el tabaquismo son los dos factores de riesgos fundamentales, ambos modificables, con el uso de preservativo y la sexualidad responsable en el primer caso, y con el abandono del hábito en el segundo, acotó Crespo.

Por su parte, Mario Mendoza, jefe del Grupo Provincial de Oncología en Camagüey, alertó a las mujeres entre 25 y 64 años para que acudan oportunamente a su área de salud a realizarse la prueba citológica, pesquisa efectuada en todos los consultorios del médico de familia, con una frecuencia de tres años.

Ese constituye el primer eslabón en la detección temprana y la prevención, pues la tendencia al decrecimiento no resulta relevante si se tiene en cuenta que el cáncer es la primera causa de muerte en Cuba, con casi 23 mil defunciones en 2013.

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