Por las características geográficas y de las temporadas de lluvias y ciclónica coincidentes en que nos encontramos, la primera de mayo a octubre y la segunda del primero de junio al 30 de noviembre, con regularidad en Cuba se presentan tormentas veraniegas acompañadas de electricidad proveniente de las nubes, las que pueden ocasionar incendios y accidentes fatales.

De acuerdo con las orientaciones de la Defensa Civil, ante el peligro de tempestades con truenos debe evitarse el baño en playas, piscinas, lagos y ríos, por lo que se recomienda a los bañistas salir de inmediato.

Al igual que ante tal situación no es conveniente montar a caballo, en medio de un campo, donde la persona sobresale por la altura, y otras mañas riesgosas que puedan atraer los rayos.

Sergio Delgado, quien preside la Asociación de bomberos voluntarios en Santa Clara, concede mucha importancia a las medidas preventivas, que no requieren recursos y todas las personas pueden poner en práctica.

Cuando los trabajadores están capacitados para evitar el surgimiento de un desastre, existe mayor garantía en los centros laborales para realizar sus funciones, y en los propios hogares, las amas de casa adoptarán medidas que contribuyan al bienestar de las familias, comenta.

Hace referencia a la importancia de las Brigadas Contra Incendios (BCI), las cuales se organizan en cada una de las empresas, fábricas, talleres, escuelas y otras instalaciones.

El también profesor de los cursos que se imparten en la unidad de bomberos de la capital villaclareña, concede vital importancia a la capacitación de los trabajadores en la referida temática, lo cual contribuye a impedir que un desastre ocasione daños a los individuos y afectaciones a la economía.

Los programas de clase incluyen elementos básicos de la prevención, para que en los centros se adopten las medidas necesarias, y no haya que lamentar contratiempos de esa naturaleza, argumenta el especialista.

Aclara que los jefes de brigada se capacitan cada dos años, y cuando causan baja o se trasladan, son relevados por otros, quienes integran esas fuerzas de forma voluntaria, pasan los cursos y reciben los conocimientos para instruir a los demás, y aplicarlos en sus respectivos establecimientos.

Agrega que en esa urbe de la región central del país hasta el mes de junio, se han impartido 30 cursos de una semana, en los cuales se capacitaron 404 trabajadores jefes de BCI.

En cuanto a la prevención de los incendios, agrega que hay situaciones que favorecen su surgimiento, como es el uso descuidado del fuego, sin la debida separación de trochas, entre uno y otro campo, labores de soldadura sin las normas de seguridad, y las instalaciones eléctricas en mal estado.

Otros factores de riesgo, son la falta de organización y suciedad en locales, y obstaculización de escaleras, pasillos y puertas que impidan la salida del personal ante situaciones de peligro.

Señala que no se debe bloquear el acceso que facilite la desconexión de breker, uso de extintores y equipos rústicos para sofocar las llamas, así como también evitar el almacenaje de mercancías y sustancias inflamables en lugares inapropiados.

A la labor de prevención se unen las fuerzas de inspectores, quienes revisan los planes de protección contra incendios y por sus conocimientos detectan muchas violaciones que reflejan en las recomendaciones y medidas, e imponen multas, de acuerdo con el grado de peligrosidad.

El trabajo de prevención contra los incendios se extiende a los Consejos Populares, donde a través de audiencias públicas y charlas de los especialistas, en reuniones con los Comités de Defensa de la Revolución, orientan a las amas de casa y otros vecinos de la comunidad, para que adopten medidas en las viviendas.

Cabe destacar los riesgos en las cocinas, la utilización de fogones defectuosos y cables en mal estado, el trasiego de gas, sustancias inflamables al alcance de los niños o estos mismos jugando con candela, y otros descuidos peligrosos.

Como dato de interés publicado en ocasión del evento internacional sobre desastres, efectuado recientemente en La Habana, en el 2013 ocurrieron en la Isla 10 mil 275 incendios, de los cuales el 17 por ciento pertenecen al sector residencial, con pérdidas de 20 millones de pesos.

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