El presidente Gerardo Machado huyó de Cuba la tarde del 12 de agosto de 1933, desde el aeropuerto de Rancho Boyeros en un avión anfibio Sikorsky, con cinco acompañantes, sin apenas equipaje pero con varias maletas atestadas de dólares y el tiempo justo para mirar desde la altura, a distancia segura, cómo los revolucionarios que tomaron la terminal aérea minutos después del despegue disparaban sus armas inútilmente hacia el cielo.