El propio Fidel también, en diferentes oportunidades, ha manifestado que durante los primeros años de su vida, hasta llegar a la Universidad, fue desarrollando un carácter, un espíritu, que le ayudó a interpretar la vida, el mundo, la historia, y ya en este centro entró en contacto con la literatura marxista que (...) me ayudó a comprender las cosas de otra forma que no habría comprendido jamás. De modo que yo puedo decir que la conciencia política mía la adquirí por estudio, por análisis, por observación; no por origen de clase (...) creo que la conciencia del hombre se puede elevar por encima de su origen de clase.

El 1ro. de mayo de 1952 Fidel, junto a un grupo de militantes de la juventud ortodoxa, asistía al cementerio de Colón para rendir homenaje póstumo al obrero Carlos Rodríguez, asesinado meses atrás como parte del sendero sangriento que emprendía la dictadura de Fulgencio Batista instaurada en el poder mediante el golpe de Estado del 10 de marzo anterior.

En aquel lugar también se encontraban, entre otros, Abel Santamaría, Jesús Montané y Raúl Gómez García, quienes se dedicaban a escribir artículos que bajo el título "Son los mismos", denunciaban los actos tiránicos que diariamente se cometían contra la dignidad del pueblo de Cuba.

En breve tiempo Fidel se une a este grupo y, más que eso, se convierte en su dirigente.

A propuesta de Fidel, los jóvenes deciden cambiar aquellos artículos por un periódico cuyo contenido fuera más abarcador, de ahí que el 16 de agosto de 1952, con motivo del primer aniversario de la muerte del líder ortodoxo Eduardo Chibás, sale a la luz el primer número de El Acusador, en cuyo editorial, escrito por Fidel bajo el seudónimo de Alejandro, se deja bien esclarecida la posición de aquellos jóvenes que, a partir de ese momento, rompen sus vínculos con el Partido del Pueblo Cubano, ya desviado del programa reformista enarbolado por quien fuera su principal figura.

Los partidos políticos de la oposición, incluido el PPC, no estaban listos para derrocar al tirano. Los dirigentes del propio Partido Socialista Popular vivían acosados y hostigados por la propaganda anticomunista, por el macartismo, que prácticamente los había bloqueado, de ahí que como señaló Fidel: establecí finalmente mi propia estrategia.

Es importante tener en cuenta que con anterioridad al golpe de Estado del 10 de marzo, Fidel llegó a postularse pensando que, una vez que ocupara un escaño en el Parlamento, propondría un programa revolucionario, y alrededor de ese programa movilizar las masas y marchar hacia la toma revolucionaria del poder (...) cuando se produce el 10 de marzo, fue necesario cambiar toda aquella estrategia. Ya no había necesidad de utilizar los caminos constitucionales.

A partir de entonces, Fidel comienza a organizar las primeras células de un movimiento u organización revolucionaria integrado por hombres, los que una vez reclutados, organizados, entrenados y armados tendrían como principal objetivo preparar y ejecutar acciones contra el régimen dictatorial, encauzando, como señaló Lenin, la acción de las masas revolucionarias.

Se gestaba una concepción de la lucha muy distinta de la existente hasta entonces. Era, sin dudas, una nueva estrategia revolucionaria.

Había mucha gente organizándose en aquel período. El grupo nuestro yo creo que en aquella época reclutó más combatientes que todas las demás organizaciones. Además, era un grupo muy discreto (...) Estábamos organizados en células. Nadie tenía contacto, unas células con otras.

Para finales de ese año, ya se habían logrado entrenar clandestinamente unos mil 400 combatientes, fundamentalmente obreros, en terrenos de la Universidad de La Habana, con el apoyo de Pedro Miret, entonces dirigente de la FEU.

El 27 de enero de 1953, vísperas del centenario del natalicio de José Martí, se produce el trascendental Desfile de las Antorchas, una de las más impresionantes manifestaciones que conoció la historia de la época, en la que trabajadores, estudiantes, varios miles de jóvenes marcharon con Fidel al frente, como apuntó Raúl en el VIII aniversario del 26 de Julio, porque ya habían encontrado un Jefe e iban en busca de nuevos caminos de lucha.

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