Volvieron a encenderse antes que el sol las luces en casi todas las familias de los barrios citadinos, el predominio hogareño del bullicio y atuendos combinados: gorras, sombreros, pañuelos, pulóveres blancos, rojos y azules... agua en vasijas plásticas, café, y hasta merienda de refuerzo... sin embargo, esta vez se sumaron imprescindibles los nasobucos y pomitos con desinfectantes para mantener a distancia la pandemia.