La vida se ha trastornado. Desde marzo de 2020, nuevas e inesperadas restricciones penden sobre la cotidianidad. Un virus hostiga y enluta. Cuba no se aparta de esa realidad, y si los estragos no son superiores, obedece a un sistema de salud que se crece, aun en medio de los polvos que llegan del norte. Y gracias, también, a la articulación desde la base con el apoyo y protagonismo de los Consejos Populares.