Lecturas

Espacio para disfrutar de la lectura, aprender y entretenerse.



Esta fruta tiene un alto valor nutricional, benéfico para el cuerpo humano.

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La ciudad aún no ha decidido si se despereza o se rinde. Yo me siento en la terraza de una taberna con un vaso de vermut que brilla como si contuviera un pedazo de tarde atrapada. Me lo sirven con algo saladito para maridar. No es fin de semana, no hay nadie conmigo, pero algo me empuja a sentarme aquí y probar esto como se debe, a la hora que se dice.

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Basta a veces una vidriera para que se abra una puerta luminosa.

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Orígenes de las temporadas ciclónicas

El término temporada ciclónica, que actualmente empleamos en Cuba, comenzó a hacerse más conocido a partir de 1965, cuando surgió el Instituto de Meteorología.

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En mi casa, todavía conservo un sobre amarillo. Dentro, están los nombres del Grupo 32: 35 jóvenes bolivianos que, entre febrero y marzo de 2006, vinieron a Cuba para recibir un curso intensivo como técnicos en trabajo social comunitario, en la Escuela de Instructores de Arte de Santa Clara.


La historia de los zoológicos en el mundo reconoce como la primera exposición de animales abierta al público la realizada en la ciudad de Viena, capital de Austria, en 1764 sin utilizar el nombre zoológico. Sin embargo, la palabra zoológico se utilizó mundialmente por primera vez en 1828 cuando la Sociedad Zoológica en Londres, Inglaterra, abrió un parque para la exhibición de animales.


El martes 1ro. de agosto de 1891 el periódico camagüeyano El Pueblo publicó en su tercera página, a la firma del redactor Francisco Gil, una crónica bajo el título de ”Camujiro a vuelo de pájaro”.


La sacaron del aula…

La sacaron del aula justo cuando iban a empezar Matemáticas. El día apenas comenzaba a coger ritmo, pero a ella le cambió el paso. Fue la directora quien la llamó: “¿Está Alma aquí?”, y sin más explicaciones, la llevó. A veces la vida no avisa —solo abre una puerta y una sale, por embullo, por impulso, o porque siente que ahí hay algo que vale la pena.


En la madrugada, cuando el silencio parece apoderarse del centro histórico de Camagüey, una ráfaga de alas irrumpe en el aire y un sonido breve, repetitivo, lo llena todo: quere–queté, quere–queté. No lo veo, pero sé que está ahí. Desde hace días lo escucho. En el corazón mismo de la ciudad.