Los arrecifes coralinos cubanos son reconocidos mundialmente por su belleza y diversidad. Entre ellos sobresale el de la costa norte de Camagüey, considerado el mayor arrecife de coral del país. Este ecosistema alberga especies como la langosta, el camarón blanco y rosado, además del pargo criollo, la rabirrubia y los roncos. Más allá de su riqueza biológica los corales cumplen una función vital: proteger la bahía de Nuevitas de la erosión.

 Los pescadores y marineros de la región saben que navegar cerca de estas barreras puede resultar peligroso, pues las formaciones coralinas dañan el fondo de las embarcaciones. Por ello, los más experimentados transmiten a las nuevas generaciones las prácticas necesarias para evitar riesgos.

 El investigador Antonio Vázquez Ríos explica que los arrecifes situados en la entrada de la bahía de Nuevitas no sólo cumplen una función protectora, sino que también embellecen el paisaje submarino. Estas formaciones, semejantes a rocas, se originan a partir de exoesqueletos calcáreos de corales, algas rojas y moluscos, que se van acumulando capa tras capa a lo largo de los años en un proceso de crecimiento lento.

La educación ambiental en la región resulta esencial para la recuperación de este ecosistema marino. Los expertos advierten que prácticas como la pesca submarina con arpón, el mal uso de anclas o las maniobras militares pueden destruir en minutos lo que tardó siglos en formarse. Igualmente se recomienda a los visitantes evitar tocar o pararse sobre los corales, así como prevenir derrames de petróleo que afectan su crecimiento y reproducción.

El historiador Juan Carlos González Blanca, representante de la Agencia de Viajes Ecotur en Santa Lucía y Nuevitas, recuerda que la existencia de los arrecifes es también un incentivo para el turismo sostenible. Con ese propósito Cuba creó una Red de Monitoreo Voluntario de Alerta Temprana de Arrecifes Coralinos, como parte del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. A ello se suman investigaciones científicas que evalúan la salud de las zonas coralinas.

La preservación de los arrecifes no es solo un compromiso ambiental, sino cultural. En ellos se sostiene la esperanza de que las futuras generaciones puedan seguir disfrutando de estos tesoros marinos, orgullo de la bahía de Nuevitas.