Lecturas

Espacio para disfrutar de la lectura, aprender y entretenerse.



Mi hija llegó de la escuela con una indicación que parecía sencilla: llevar algo para donar a los niños del Oriente cubano que lo han perdido todo tras el paso del huracán Melissa. 

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Clarice Lispector: Lo que tiembla en

Entré primero por la imagen. Por esa mancha ardida de ocres y rojos, como corteza abierta, como tierra desnuda por dentro. Gruta (1975): una cavidad viva. No es un paisaje externo, sino interno; un lugar al que no se llega caminando sino sintiendo. 

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La casa (+Fotos)

Soñaba con la Universidad. Aunque mis primeros años de esta etapa los viví 500 km lejos de casa, regresé. Recomencé mi vida universitaria en Camagüey y aún en medio de una pandemia que atemorizaba a todos no dejé de sentirme parte de un lugar, comunidad, hogar.

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Se da porque existen las cualidades, las motivaciones. No la podemos imponer ni amordazar. Aparece de forma natural por lo general de forma instantánea. Sin exagerar, podemos compararla con el amor a primera vista.

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El equinoccio de otoño en el hemisferio norte de la Tierra sucederá el próximo 22 de septiembre, marcando el final del verano y el inicio de esta nueva estación.


Hay una sensibilidad que no todos poseen: la de saber escuchar lo que guardan los sabores, la historia que late detrás de un alimento. Paloma Gómez la tiene, y por eso, desde hace años, su presencia en Mapping Me! Es tan esperada como necesaria. No se trata solo de una cata de quesos dentro del festival de Medina del Campo: es una experiencia cultural que habla de comunidad, de tradición y de esa forma de hospitalidad que convierte un encuentro en un recuerdo perdurable.


Esclarecedor ensayo de Marta Peirano sobre vigilancia y manipulación digital

Cuando llegué a España, usaba mi móvil con la misma ingenuidad de cualquiera: lo llevaba a todas partes, confiada en su utilidad dócil y cotidiana. Pronto empecé a notar algo inquietante: aquello que comentaba en conversaciones íntimas aparecía enseguida en la pantalla en forma de publicidad o contenido sugerido. 


Llegué con la expectativa de la maravilla que tantas veces se cultiva en torno a un ícono. La Sagrada Familia recibe con su contraste, aunque la belleza lucha por sostenerse. Hay una fisura entre lo que fue tallado con paciencia y lo que ahora se levanta con urgencia de proyecto. Las partes nuevas de cemento pulido y gris reciente se sienten ajenas a la piedra trabajada donde el tiempo se ha posado como un velo.


Este verano lo he pasado casi entero en Madrid, atrapada entre olas de calor y esa broma recurrente de que “a Madrid solo le falta playa”. Y, sí, ya entiendo el chiste: la capital es tan mediterránea de espíritu que hasta presume de una “playa artificial” que los propios habitantes miran con sorna. Pero si a Madrid le falta mar, le sobra agua dulce: potable, segura, abundante, que mana de los grifos de cualquier casa y de las fuentes públicas como si fuera un regalo inagotable. No en vano, el origen de su nombre se asocia a la palabra Magerit, que en mozárabe significa “lugar abundante en aguas”.