El 3 de septiembre de 1943 comienza sus estudios en la Escuela Profesional de Comercio de la ciudad de Camagüey, donde encuentra un cúmulo de problemas por la desidia y la corrupción existente en la dirección del plantel, por lo que muy pronto estalla una protesta estudiantil y Cándido es de los que más se destaca, gana prestigio entre sus compañeros que lo eligen, primero como secretario de la Asociación de Alumnos, y luego, su presidente.
El 16 de noviembre de 1948 comenzó a trabajar en el Banco Continental ubicado en la calle República, muy cerca de la iglesia de la Soledad, lo que comparte con sus obligaciones de estudiante y dirigente del plantel, buscando siempre un espacio para practicar deportes. De carácter alegre y entusiasta, aprecian sus conocidos que fue lo que siempre le ayudó a vencer cuantas tareas se propuso.
En octubre del ´49 encabeza la toma revolucionaria de la escuela ante la negativa del Ministerio de Educación de satisfacer las demandas estudiantiles, esta situación provoca que la dirección de dicho centro decida expulsarlo.
Después de este hecho se integra a las actividades de la Juventud Ortodoxa, rama juvenil del Partido del Pueblo Cubano, cuyo lema de “Vergüenza contra dinero”, y su programa de lucha contra la corrupción administrativa, proclamada por su máximo dirigente Eduardo Chibás, sumaba a miles de cubanos que soñaban un cambio en los destinos del país.
En su condición de trabajador bancario se enfrenta a elementos mujalistas; defiende los intereses de los trabajadores; su honradez insobornable provoca que la patronal y los “dirigentes obreros” en franco contubernio, determinen su separación de la plaza de bancario, lo que lo amilana y consigue un empleo como vendedor de ventanas de aluminio.
Al producirse el Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 Cándido estaba integrado al trabajo de la Juventud Ortodoxa, en la que llegó a ocupar cargo de secretario general de la provincia de Camagüey. Junto a otros jóvenes se agrupa en un aparato de lucha contra el régimen. Cuando la promulgación de los Estatutos, con los que la tiranía sustituye la Constitución de 1940, éstos tenían que ser aceptados mediante firmas por todos los que ocupaban cargos públicos so pena de pérdida del empleo. Cándido González participa en la actividad de firma de la Constitución del ´40 como repulsa a la dictadura de Batista.
El 26 de Julio de 1953 produce en él una honda impresión, lo que califica como el episodio de más elevado contenido histórico en los últimos años.
Su sólida formación política queda demostrada cuando en el ´54 se produce el ataque militar imperialista contra el gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala, expresa públicamente su solidaridad con el pueblo y repudio ante la intervención; ese mismo año, durante una reunión que sesionaba en el salón ferroviario de esta ciudad en la que se denunciaba el intento del gobierno de Batista de partir la Isla en dos mediante la construcción del canal Vía-Cuba, a lo que se oponía todo el pueblo, Cándido aboga por la inclusión del Partido Socialista Popular en la lucha contra el proyecto.
Era de conocimiento de sus compañeros sus sentimientos antimperialistas, anticolonialistas, a favor de una reforma agraria radical y la nacionalización de los monopolios extranjeros, como las compañías de electricidad y teléfono.
Al crearse el Comité proamnistía de los presos moncadistas, Cándido González es uno de los mayores propulsores en esta provincia. Distribuye ejemplares de La historia me absolverá por todo el territorio en su propio auto, utilizando los cuardafangos como escondite.
Cuando el 15 de mayo de 1955 son puestos en libertad los asaltantes al Moncada, viajó hasta Batabanó para conocer personalmente a Fidel, por quien sentía profundo respeto y admiración, a quien reconocía como el líder del movimiento que derrocaría a la tiranía y con quien el pueblo llegaría a su verdadera independencia.
Poco después de fundarse el Movimiento 26 de Julio es nombrado su coordinador en la provincia de Camagüey. A partir de ese momento organiza células en todos los municipios, por lo que se le encuentra en centrales azucareros, industrias importantes... en destacadas acciones que lo hacen merecedor del cariño y respeto de sus compañeros de lucha. Por eso se fue a México, por eso vino en el Granma.
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