Fotos: Alejandro Rodríguez Leiva / AdelanteCAMAGÜEY.- El hotel Islazul Plaza, emblemático del turismo camagüeyano cumple 113 años, con el esplendor de su historia, nuevas propuestas para clientes nacionales y extranjeros, y la certificación Por un turismo seguro.
El tiempo vuela, acuña una de las tantas viejas frases que suelen emplear quienes miran, desde la distancia, la etapa de los más dulces encantos, la de los sueños armados y no cumplidos, pero que se acarician sin prisa.
La hotelería camagüeyana tiene un botón de muestra: el hotel Islazul Plaza. Con sus 113 años muestra bríos que parecen burlarse de su larga existencia pues su gente empuja con el ímpetu de quienes le profesan un cariño de herederos agradecidos.
Refrescar memorias
Todavía no queda del todo claro cuál es exactamente su fecha de aparición en la ciudad, un día de diciembre allá por 1907. En los comienzos no tenía la actual estructura de tres pisos y 67 habitaciones, que remozadas gradualmente en estos meses de tempestad epidemiológica le resaltan el esplendor de los orígenes.
Enclavado junto al ferrocarril central, en el “Islazul Plaza” guardan con celo casi maternal el haber alojado a figuras legendarias, como la poetisa chilena Gabriela Mistral quien estuvo allí hospedada el 19 de junio de 1931, en la habitación marcada con el 240.
Todavía se “siente” en el éter la salida desde ese edificio de la primera trasmisión radial fuera de La Habana, en fecha tan lejana como el 16 de enero de 1924, quizás algo impensable para Ignacio Grossman, un comerciante bajo cuya égida se levantó el inmueble inicial.
Hoy día, la juventud tiene un acento predominante en la instalación, cuyos 59 trabajadores se enfrascaron durante los duros meses de la COVID-19 en las diversas labores de mantenimiento de planta completa, que incluyó ambientación, decoración y mejoras en el confort general del recinto.
Entre sus atributos cuenta con seis habitaciones denominadas king size o sobredimensionadas, junto a dobles y sencillas, para huéspedes nacionales y extranjeros.
Con total apego a las medidas sanitarias implementadas por el país, ya se hicieron acreedores de la certificación que los avala para Turismo más Higiénico y Seguro.
Mano joven... mano femenina
Merlin Viviana Álvarez González, la joven directora, ríe cuando se le pregunta cuántas veces recorre el hotel en cada jornada. Tal vez solo se da cuenta cuando concluye el día y el esfuerzo físico del constante hacer pasa factura. Pero dice que el trabajo no le quita la sonrisa.
Reconoce con orgullo cómo se ha ido adentrando en la historia del hotel. Por eso se aferra al respeto de cada detalle, de cada espacio que atesore su figura de antaño, para que la modernidad no borre el lustre de su estructura fundacional.
La búsqueda de opciones, de nuevas ideas que prendan en el gusto del citadino o de quien visite la ciudad, les hace meditar constantemente y generar variantes con el atractivo de precio-calidad.
El bar-coctelería no abandona su servicio variado, al que se le suman otras formas de consumir el café pues ya se sabe que el cubano, por idiosincracia, es un devoto de esta bebida-infusión, a cualquier hora del día o de la noche.
El consumo de vino no resulta tan usual, pero desde su apertura en el patio, han ido creciendo los consumidores porque su degustación se acompaña de una variada oferta que incluye “tapas” de chorizo, queso, jamón y aceitunas.
Nuevos platos, en una reverencia a la tipicidad “a la camagueyana”, aparecen en sus carta-menú, y en momento reciente surgieron algunos con nombres tan peculiares como la esencia misma de la cocina lugareña.
En este mes de recuerdos fundacionales, no ha faltado la inspiración. Desde la amplísima familia de los cocteles, apareció el llamado Vapor Tricolor, una formulación obra del bar tender Alberto Castellano, cuya base principal es el Vodka, con el jugo de piña.
Muchos son los compromisos, y el próposito, uno: que el hotel Islazul Plaza sea obligada referencia para el retorno de clientes nacionales y de la provincia en un mercado competitivo como el turístico, en el cual quieren elevar, todo lo posible, su actual estrellato.