CAMAGÜEY.- El pasado martes el jabalinista Guillermo Varona, único camagüeyano que compitió en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, nos regaló una extraordinaria muestra de superación deportiva y coraje, que no alcanzó para colgarse una medalla.

Desde la distancia, vía Whatsapp, el muchacho del reparto Florat contó a Adelante.cu que “queda una sensación extraña, de conformidad por una parte y tristeza por otra”.

Y no es para menos, pues sin subir al podio mejoró muchísimo su marca personal de la categoría F46 (afectados en miembros superiores), tras escasos meses de preparación.

“Estuve siete meses sin entrenar a fondo a causa de la pandemia, cumpliendo un plan de ejercicios en casa, pero sin el rigor y las condiciones habituales. Luego nos concentramos y comenzamos a trabajar duro para lograr la clasificación en una sola oportunidad. Afortunadamente en el único evento internacional cumplimos el objetivo, pero esa falta de roce también se siente”, nos cuenta.

No obstante, Varona es un paratleta que acostumbra a crecerse en los grandes escenarios, como sucedió en los pasados Juegos Parapanamericanos, y en el estadio olímpico no se comportó diferente.

“Salí a mostrar mi fuerza temprano y lo logré con los 60.96 metros (m) del primer intento que eran mi mejor marca personal y que me tuvieron en bronce dos vueltas.

“En la tercera ronda me sacaron de medallas con dos récords mundiales, eso fue tremendo porque sabía que el oro se ponía casi imposible, pero salí a darlo todo en la cuarta y conseguí los 63.97 m que me volvieron a poner tercero. Realmente pensé que alcanzaría, pero en la penúltima ronda Gurjar me pasó con 64.01 m que me cayeron como un cubo de agua fría”.

El hecho de estar en la mejor competencia de la historia de su clase, limitó el sueño de nuestro muchacho, que con ese registro hubiese sido medallista de plata en la edición de Río 2016.

Ahora la sensación de la prueba resultó el jerarca ceilandés Dinesh Herath con 67.79 m, escoltado en el cuadro de honor por Devendra (64.35 m) y Gurjar (64.01 m), ambos de la India, las tres marcas por encima del anterior tope mundial.

¿Cómo se explica el pesar de Guillermo, si acaba de agrandar más de tres metros su techo e implantar así récord para América? Se trata de un hombre acostumbrado a romper los límites que la vida trata de imponerle. “Ya estoy pensando en el mañana, porque si de algo sirvió esto fue para darme cuenta de que puedo mejorar mucho. En un año estaré en el mundial de paratletismo, aquí en Japón, tratando de meterme en la premiación. Ahora podré entrenar más y mejor. Además, París 2024 está cerquita y ahí va a ser otra historia, voy con todo a por mi medalla”.