CAMAGÜEY. - El nombre de La Cultural guarda en sí mismo un espíritu que no se pierde: el de un sitio donde el libro, la conversación y el encuentro tienen casa.

Ese mismo aliento vuelve ahora a respirarse en la calle General Gómez de esta ciudad, donde el local que por años albergó aquella librería de Artex renace como Centro de Promoción Literaria “Gertrudis Gómez de Avellaneda”.

El gesto bajo la dirección del Centro Provincial del Libro y la Literatura de Camagüey —realizado en la tarde del Día de la Cultura Cubana— contó con la presencia de las máximas autoridades políticas y del ámbito cultural de la provincia, en reconocimiento a la significación de este paso dentro de la estrategia de recuperación de espacios para la vida literaria camagüeyana.

Según explicó Gildo Borrel, director del Centro del Libro, la nueva instalación recuperada por Mantenimiento Constructivo acogerá un café literario, una galería de arte, y un punto de venta de la Librería Mariana Grajales, como parte de la primera fase del proyecto. “Son tiempos de hablar menos y hacer más; de hablar menos y escuchar más”, afirmó, al subrayar el sentido práctico y comunitario del empeño. “La segunda etapa—prevista para el próximo año— incorporará las oficinas del Centro y nuevas áreas para el desarrollo de actividades literarias.”

La primera acción de comunicación del Centro de Promoción fue la presentación del audiovisual Niurki Pérez, el oficio de soñar, dirigido por la joven Marianne Portuondo, y dedicado a la escritora y creadora del proyecto de publicaciones artesanales Buya. La proyección, que inaugura una serie de homenajes a autores locales, se convirtió también en un ejercicio de introspección y homenaje compartido.

La imagen de Niurki —sentada entre el público, observando en la pantalla su propio retrato creativo— resume el sentido de la jornada: un día de pausa para mirarse y mirarnos, para hacer del 20 de octubre no solo una celebración, sino un examen sincero de lo que somos. “Una cosa es lo que pienso de mí y otra, enfrentar cómo me ven los demás”, reflexionó la escritora, quien añadió con su habitual ironía: “Mi ego se siente elevado, de hecho, está gordísimo y bien alimentado, pero lo único que me deja es la sensación de que tengo que seguir empezando”.

Acompañaron la apertura el Dúo Confluencias y el poeta Javier de Toro, entre música y versos, en un ambiente que reunió creadores y lectores.

Entre retratos de escritores y pinturas de Ileana Sánchez que ambientan el lugar, el sitio vuelve a latir como espacio de pertenencia para la literatura camagüeyana.

Así, La Cultural no desaparece: cambia de forma, ensancha su sentido y continúa siendo —como siempre— un lugar donde el libro invita a quedarse.