El niño que fuera en su adolescencia y juventud un limpiabotas, un billetero —vendedor de los billetes de lotería—, un ayudante de carnicero y hasta un vendedor de helados, no imaginó que su vida estaría ligada un día, gracias a la fotografía, al hombre con el que muchos cubanos y cubanas soñaron alguna vez: el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz.