CAMAGÜEY.- Este verano la fotografía ha tenido un protagonismo especial dentro de las diferentes exposiciones realizadas en la ciudad. La Galería Larios, del Consejo Provincial de las Artes Plásticas, no ha sido la excepción, exhibe la muestra El precio de la angustia, del joven Alejandro Hernández Álvarez, quien comparte una visión sobre la mujer inmersa en una ola de dolor, agonía y llanto, por un secreto y justo sacrificio.

A la altura del pecho, cuelgan las instantáneas en el salón. La mayoría efectúan un close up al cuerpo femenino, pero todas invaden la carne para identificar los motivos del alma atormentada. Se acerca al concepto de abnegación que puede marcar la vida de una trabajadora, una madre, una esposa, una hija… para sobreponerse a los sinsabores del destino, de la sociedad o del oscurantismo machista que todavía imperan en pleno siglo XXI.

Las penumbras consumen, casi muerden, la figura de ellas. Aún así debajo de ese mar de sombras que las circunda, en la inminente tristeza de la mirada, hay un reflejo de luz que parece indicar: “el agotamiento no es una opción”. No importa que el filo del hacha o del cuchillo, o los inciertos amarres de una gruesa soga insistan en cortarles el derecho a la felicidad o atarles las alas de la libertad. Hay esperanzas, si no ha muerto la voluntad.

Detrás de cada instantánea, Alejandro coloca un poema. Luis Álvarez Álvarez, Elías Henoch Permut, Jesús Zamora, Yoandra Santana Perdomo, entre otros poetas, coronan a las féminas con sus creaciones. Persiguen la gracia del espíritu, la esencia, sobre la belleza corpórea, y es allí cuando ocurre una acertada unión con la cara anterior, con la de las protagonistas del espacio.

La exposición, que se exhibirá hasta mediados de septiembre, por la temática y el contexto en el que se organiza, tiene también aires de homenaje. Pronto, el 23 de agosto se conmemorará un aniversario más de la creación de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), artífices fundamentales en la construcción de nuestro socialismo. Una foto no basta para resumir todo el carácter, pero sí los ocultos martirios que le dan la fuerza para levantarse, y continuar peleando.