CAMAGÜEY.- No es común que una doctora, en este caso Arianna Sugrañes Montalván, especialista en terapia intensiva y emergencias, en ese perfil pediátrico, Máster en enfermedades infecciosas, Profesora Instructora, y jefa del servicio de la Unidad de Terapia Intensiva Polivalente del hospital pediátrico Eduardo Agramonte Piña, de esta ciudad, sea entrevistada por servir de modelo en una etapa de su vida.
Sucede que la exposición fotográfica de la galería de arte Alejo Carpentier está repleta de fotos de ella, su bebé que cumplió hace unas horas su primer año de vida, su hijo mayor y el esposo. ¿El pretexto?, la lactancia materna, que permanecerá abierta entre el 1ro y el 8 de agosto, por ser esta la Semana Mundial relacionada con el tema.
José G. Martínez Figueredo tuvo a su cargo las instantáneas, quien con inmensa dedicación supo captar cada momento entre la madre y el chiquitín —Mateo—, algunas con la integración de Amadito —primer hijo—, y en otras con la inclusión del esposo —el Dr. Amado Vega Ordóñez.
Las fotos son un reflejo de lo que vive esa familia toda.
Arianna se declara defensora a ultranza de la alimentación natural y exclusiva durante los seis meses de nacido el niño y hasta los dos años de manera combinada, de hecho, el bebé todavía es beneficiado con su leche, y agregó que el papel de la pareja y la familia de manera general es vital.
También se refirió a cuánto influye en ella su profesión, cómo niños llegados a la sala de terapia intensiva donde labora no hubieran estado allí si su alimentación hubiese sido la leche materna y cómo la conmovió el texto: Lactancia Salvaje, de Laura Gutman, terapeuta argentina especializada en la maternidad, quien asegura que la lactancia es cuerpo, es silencio, es conexión con el submundo invisible, es fusión emocional, es entrega.
La felicidad de esa familia, cual suerte de personas de ciencia convertidas en protagonistas de otra historia, sobresale no solo en las fotos sino en su andar, su compenetración, cómo se miran, se entienden y hasta adivinan qué necesita cada uno de ellos, ah, esa otra historia, no es otra, y la redundancia es a propósito, es la misma porque aparte del amor que ofrecen y reciben dan la mayor de las ciencias, que es la salud.
¿Mateo habrá sabido identificarse?