CAMAGÜEY.- Después de tanto andar por la vida y explorar en el día a día el trabajo en la finca, como constructor de su propia vivienda, en la cría de animales, cochero, carpintero… con 42 años, Alexey sigue apostando por la música y por conseguir su sueño de hacerse famoso.

Ya casi lo consiguió en Venezuela, pero al parecer el destino quiere que no se repita la historia de Polo y se forme como cantante aquí, en su país, donde seguro reconocerán su talento, como ya lo hicieron en la nación hermana para que El Grande no sea solo por su estatura.

—¿Cuándo comienzas en la música?

—A los trece años empecé a tocar guitarra de manera empírica, y a los 17, ya cantaba en la iglesia mis propias canciones acompañado de mi guitarra. Allí armamos una agrupación musical que se llamó Shalón y la mantuvimos por 12 años, pero esa etapa acabó cuando hice una familia y por esa vía no percibía nada económicamente. A todos nos pasaba lo mismo, entonces cada quien agarró su rumbo y esa gaveta se cerró por completo.

—¿En ese tiempo no estudiaste música?

—No, todo ha sido empírico, no tengo base musical de escuela de ningún tipo. Mis padres querían que fuera deportista o militar por mi estatura, y yo lo que siempre quise fue la música, pero nunca me dieron la posibilidad de hacerlo porque tenían conceptos errados de lo que era en aquel entonces.

—¿Cómo vuelves a la música?

—En el 2013 me fui a Venezuela por un contrato de trabajo como carpintero. Allí conocí a una persona muy especial en mi vida, la doctora Ángela Yanes, que me motiva otra vez a escribir. Precisamente fue a través de un sobrino de ella que conocí a Ernesto Sepúlveda, con quien tuve la oportunidad de grabar cuatro temas, uno de ellos en Estudios Cantor con Ramsés Alegría (Ram), una personalidad en el mundo artístico como ingeniero de sonido, reconocido entre los mejores internacionalmente. Los otros tres temas los grabamos con Raziel, otro productor venezolano: Dejarte de querer, Se enamoró y Yo te quiero.

—¿Cómo recuerdas esos momentos?

—Fue un lujazo y un privilegio por todos los músicos que trabajaron allí. En Estudios Cantor fue un trabajo en vivo. Jhon Paul (productor musical de Chino y Nacho) participó con mi productor, Ram, en la idea de la elaboración del tema Pa' que te enamores de mí, a quien se les unió como asesor vocal Armando Loera.

—¿Cuándo regresas a Cuba?

—Mi etapa en Venezuela se termina porque se pone la cosa muy caliente. Ahora me estoy presentando en el municipio de Carlos Manuel de Céspedes, todos los viernes en la Casa de la Cultura, a veces algunos sábados; pero desde allí no me doy a conocer porque estoy en un salón muy cerrado.

—¿Y la radio?

—Cuando vine de Venezuela estuve sonando aproximadamente dos meses el Pa' que te enamores de mí en Radio Florida y de allí no salió. Mi aspiración es que alguien se interese en lo que hago, en el mensaje que quiero transmitir y lo difunda nacionalmente, que es a lo que aspiro. Ya tengo 20 temas grabados y estoy produciendo 10 más.

—Y por los caminos oficiales, ¿cuáles son las perspectivas?

—La perspectiva que tengo es precisamente que me audicionen por la Casa de la Cultura de Carlos Manuel de Céspedes, como solista, porque no tengo agrupación, lo que tengo es una producción musical. Pero eso demora un poco, recientemente audicionaron en Florida a una agrupación que llevaba cinco años esperando por la oportunidad. ¿Tendré yo que esperar todo ese tiempo?

—Además de  Venezuela ¿dónde más grabaste?

—Ahora estoy grabando aquí en Camagüey con unos músicos excelentes, los hermanos Iván y Luis, de la agrupación GMG (Génesis Musical de esta Generación). Con estos muchachos yo creo la música, me siento con ellos, les transmito cómo quiero fusionarla y al final todo funciona y resulta lo que había imaginado.

“Es que todo eso está en mi cabeza porque yo no estudié, pero a la hora de escribir ya voy creando y voy sintiendo lo que me va dando la música, como quiero que suene. Hay quien le llama don a eso y yo creo que es un don que Dios me dio, a pesar de que soy un músico que no domina el pentagrama, aunque me encantaría".

—¿Cómo es para ti el proceso de composición?

—Eso aparece de momento, escucho algo sugerente y paralelo a eso y comienzo a escribir. Cuando llego a la casa cojo la guitarra y parto de una idea, si veo que es funcional, lo sigo, si no, pues lo dejo. Igual para mí es un reto que alguien me diga "Mira, escríbeme un tema de tal cosa". Me han pedido canciones de diferentes temas, géneros, y los he escrito con mucho gusto porque me encanta escribir.

—¿Cómo defines tu música?

—Como una música muy sincera. Escribo generalmente cosas reales que me han ocurrido, por eso te digo que mi música es verdad, no es invento. Trato de hacer lo que la gente quiere escuchar, que a veces no es lo más correcto, pero para eso está la poesía, sin decir palabras obscenas dar a entender cualquier tipo de acción, como lo hacía El Guayabero. Hoy hay cantantes que no usan ni siquiera una metáfora, van directo a la acción, lo describen tal cual, sin importar nada. Tengo también algunas canciones de doble sentido.

—¿Por qué ese nombre artístico?

—Cuando apareció el nombre de Alexey Hernández había muchos con ese nombre en las redes sociales. Ernesto me dijo: "mira, tú eres Alexey el Grande, por lo grandote que eres", y seguí con ese nombre.