En otra hora crucial para Cuba, el Octavo Congreso del Partido continúa con el inicio de las asambleas municipales y distritales, espacios decisivos para evaluar cuánto de lo que se delineó en las históricas sesiones de abril tiene ya rostro y terreno en el día a día del pueblo, con los militantes a la vanguardia, y cuánto hemos de seguir implementando, impulsando y mejorando.
El desarrollo de la nación toda, y por tanto el fortalecimiento y continuidad del socialismo, tarea esencial del Partido, se decide en los municipios. Ni uno solo de los acuerdos del Congreso tendría dimensión real si no se traduce en una mayor eficiencia de las entidades económicas y de servicios estatales y particulares, en la calidad de los procesos educativos, de Salud, culturales, deportivos, de la aplicación de la ciencia; en el protagonismo de la gente, de los cederistas, de las federadas, de los jóvenes.
De ahí que los debates de cada fin de semana desde ahora hasta diciembre deban erigirse como reflejos del sentir popular, con sus preocupaciones y también con propuestas para resolver los problemas, con el compromiso de involucrarse en las soluciones. ¿Cómo, si no, estaríamos fortaleciendo el funcionamiento interno del Partido?
Allí, en la localidad, se deciden y han de impulsarse, las estrategias de desarrollo territorial con la integración de los diversos actores económicos para garantizar los programas de seguridad y soberanía alimentarias, el incremento de servicios con calidad, la identificación de fortalezas en la generación de renglones exportables y de otros que sustituyan importaciones, el despliegue industrial y energético.
Allí, en la familia y en la escuela en las que aprendemos a amar a la Patria, en el hogar y en la bodega donde discutimos con pasión de política, de trabas internas y de daños reales del bloqueo como si habláramos de pelota, se forjan ideales y valores y hay que andar atentos frente a quienes pretenden arrebatarnos la unidad.
Allí han crecido los que hoy integran las candidaturas para las direcciones distritales y municipales del Partido; nadie mejor que los suyos para señalarles en qué superarse y, una vez electos, exigirles un desempeño siempre mejor.
Tales son hoy las prioridades del Partido, que son las urgencias del pueblo: robustecer la economía para seguir respaldando indicadores sociales que ubican a este Archipiélago subdesarrollado en el llamado Primer Mundo; defender a cualquier precio el socialismo, desde la historia y con las transformaciones que el sentido del momento imponga; contar con líderes humildes y resolutivos, que movilicen desde el diálogo y la inquietud revolucionaria.
He ahí algunos de sus muchos retos para seguir siendo la vanguardia.
De tales prioridades conversarán secretarios generales de núcleos y otros militantes en representación de sectores estratégicos para cada lugar. Y hablarán también, a través de mecanismos creados al efecto, todos los interesados, pues los informes, públicos con antelación en los sitios web de las emisoras de radio, buscan enriquecerse con opiniones diversas, esas que refuerzan nuestra unidad como nación desde la ciudadanía heterogénea que somos.
Sigue su marcha en Cuba el Congreso de la continuidad.
Justo cuando comienzan a emerger las cifras de la recuperación frente a la COVID-19; cuando todavía no celebramos lo suficiente el ser el único país del mundo en vacunar a su niñez y a la mayor parte de su gente; cuando reabren las escuelas, la economía convoca a todos los interesados en compulsarla sin importar modelos de gestión y el turismo está a punto de retomar su protagonismo en el aporte las arcas comunes… justo cuando unos pocos pretenden aguarnos la fiesta, el Partido único de todos los cubanos dialoga, se fortalece y avanza.