CAMAGÜEY.- Incrementar la producción de alimentos resulta esencial hace mucho para la aspiración de Cuba de alcanzar la soberanía alimentaria. En tiempos de COVID-19 ello se agudiza ante la imposibilidad de adquirirlos en el exterior, ya no solo por el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos contra nuestro país, sino por la reducción de la actividad comercial a nivel global.

El Consejo de Defensa Provincial exige a diario una mejor distribución de los productos del campo disponibles, aún alejados de la demanda de un territorio de más de 700 000 habitantes. Además, chequea la preparación de tierras; la siembra, con énfasis en cultivos de ciclo corto como el boniato, la yuca, el maíz y la calabaza; la obtención de leche, recuperándose poco a poco en mayo luego de meses de afectación; la construcción de módulos pecuarios, a un ritmo lento con 130.

Al respecto, Santana Santiesteban ha insistido en llegar a cada productor para comprometerlo con el aprovechamiento de los terrenos y la entrega de lo acopiado para el beneficio de todo el pueblo, y también en la explicación oportuna: “Tenemos que aclarar la situación difícil que afrontamos, sobre todo con las viandas. Ahora estamos sembrando bastante, pero los frutos no se verán hasta dentro de dos o tres meses, y los de ciclo largo hasta un año. En tanto, Acopio debe balancear mejor lo que asigna a cada municipio, llevarlo a punta de lápiz, sin desproteger a la ciudad cabecera”.

Las industrias alimentarias en Camagüey no han detenido actividades, a pesar de sus limitaciones tecnológicas y las tensiones con las existencias de materias primas, pero la población necesita mayor disponibilidad. Acercar esas y otras ofertas a los repartos y a las comunidades alejadas (incluida la venta con puntos móviles donde la cadena Caribe y Cimex no cuentan con establecimientos) es otra iniciativa aplaudida, aunque perfectible.

De igual modo, se da seguimiento a la calidad de las comidas elaboradas para llevar desde las unidades del sistema de Comercio. Ante irregularidades, sobre todo, con su venta cruda a algunos usuarios no ha faltado la denuncia popular y la inmediata actuación de los directivos del sector.

El funcionamiento de los consejos energéticos y su exigencia sobre el uso racional de la energía eléctrica permite que la provincia se enmarque dentro de los 3 010 MW.h planificados para cada día, y en los previstos para los dos horarios pico. Ello se logra por la reducción del gasto de las entidades estatales, pues en el área residencial hay un incremento no solo por la permanencia en los hogares, sino por la no aplicación de medidas de ahorro, por lo que el CDP insta a las personas a una actuación más consecuente.

Acerca de la situación laboral y el tratamiento salarial, Yaniris Hernández Vento, directora provincial de Trabajo y Seguridad Social, informó al fin de la pasada semana que más de 39 400 personas laboran a distancia y 7 951 empleados se encuentran interruptos. De estos últimos 4 446 están reubicados en sus centros o en otros puestos, fundamentalmente de la Agricultura, y en sitios dedicados al aislamiento de contactos o viajeros, en la mensajería de las farmacias y la atención a los ancianos.

La reubicación es la primera opción, y no el pago del 60 % del salario, explicó la directiva, pues ello beneficia no solo a los afectados por el cierre temporal de su actividad, sino a la vitalidad y la economía de la sociedad, al cubrir plazas siempre necesarias pero ahora vitales para enfrentar la pandemia. Tal responsabilidad corresponde a los administrativos de cada entidad, cuyos jefes de Recursos Humanos deben despachar sistemáticamente con las direcciones municipales de Trabajo la situación individual de sus empleados y la disponibilidad de vacantes.

Más de 330 lamentables hechos delictivos han sido procesados, sobre todo los tipificados como propagación de epidemias, actividad económica ilícita, acaparamiento y especulación.

Las alrededor de 300 personas alertadas o multadas como promedio cada día por autoridades de orden interior por incumplir el distanciamiento físico, el uso del nasobuco y otras medidas higiénicas, evidencian que todavía hay muchos irresponsables frente a tanta entrega del personal de Salud y de otros organismos y del esfuerzo del Estado cubano por garantizar los servicios a la población para que salga a la calle solo a lo imprescindible.