CAMAGÜEY.- Ramón Castro Ruz era un hombre especial, con cualidades excepcionales en las relaciones humanas. Cada vez que viajaba a Camagüey –o lo hacía de tránsito- en su doble condición de asesor de los ministros del Azúcar y de la Agricultura, solía visitar a su tía María Isabel, Belita, hermana de Lina.

La mañana del 23 de febrero del 2016 dejó de latir el corazón de quien vivió aferrado a que de la tierra salen todas las riquezas. Este 14 de octubre cumpliría 95 años el hermano mayor de Fidel y de Raúl.

Foto: Tomada de CubadebateFoto: Tomada de Cubadebate

María Isabel narró una vez a una colega de Juventud Rebelde: “Ramón siempre ha sido noblote, a cada rato se me aparece aquí y me pregunta: '¿Belita, estás apretá?'. Y yo me río”.

Ese solo ejemplo, entre tantos que acompañó a Ramón en su larga y fructífera vida, habla de las bondades suyas, que no pocos camagüeyanos apreciaron en sus andanzas por los campos azucareros y agrícolas, acompañado de la inseparable piocha y de la pedagogía impartida a pie de surco.

“Hasta los siete años fue una criatura enfermiza”, relata Katiuska Blanco en el libro: Todo el tiempo de los cedros. Paisaje familiar de Fidel Castro Ruz. “Si la brisa traía olor a hierba mojada y humedad de sombras, cambiaba de color y respiraba con unos silbidos roncos y entrecortados que solo se calmaban, después de las inhalaciones de mentol y el aceite tibio de bacalao que la madre le frotaba en el pecho en sus noches despabiladas de presentimientos angustiosos al verle el semblante exhausto y una coloración azulada en los labios finos.

“Tanto afán puso ella en las atenciones, que cumplido el año, y a pesar de los ataques de asma, el niño crecía sano y animoso”.

TESTIMONIOS DE CAMAGÜEYANOS

A Enrique Monteagudo Estévez el hecho de ser nieto de Belita y compartir con ella el mismo techo de la casa enclavada en Bayardo Agramonte, en el reparto América Latina, lo vincula con la familia Castro Ruz. Prestó servicios en diferentes unidades de las Fuerzas Armadas Revolucionarias durante 36 años y al licenciarse ostentaba el grado de Teniente Coronel.

“Ramón sí estuvo varias veces en la casa visitándola, atendiéndola, preocupándose, hablaba mucho con ella. En el momento de su fallecimiento, ocurrido en La Habana, estuvo en el velorio en la funeraria de La Caridad.

Dania Jiménez Suárez estuvo también relacionada con Belita, quien llevaba en su corazón el dolor de haber perdido en la lucha insurreccional contra Batista a su hijo Roberto Estévez Ruz. Ella estuvo casada con un nieto de la indoblegable mujer y mantuvo muy buenas relaciones familiares. La oportunidad que más tiempo compartió con Ramón fue la noche del velorio de María Isabel, donde narró muchas anécdotas de su vida.

Desde luego rehusó hablar de sus méritos personales, de la vez que estuvo preso por el régimen de Batista en 1953, de la cooperación con el Movimiento 26 de Julio durante la guerra de liberación y de la organización de suministros varios que abastecían al II Frente Oriental Frank País, comandado por Raúl.

Pedro Paneque Ruiz, periodista del sistema informativo de la radio en Camagüey, acompañó en múltiples ocasiones a Ramón en su recorrido por la provincia. La visión sobre él la resume en apretados minutos.

Antonio Delgado Sánchez, actual director de la Dirección Integral de Supervisión (DIS) en Camagüey, tuvo numerosas vivencias de este extraordinario hombre durante la etapa en que se desempeñó como miembro del Buró Ejecutivo del Comité Provincial del Partido. Sus palabras constituyen un digno homenaje a Mongo en el aniversario 95 de su natalicio. Ramón era tan jovial que hubo una persona que al verlo de cerca le dijo: ¡Cómo se parece a Fidel! La miró y en tono jocoso respondió: “Fidel se parece a mí, yo nací primero”, en medio de una carcajada.