CAMAGÜEY.- Agosto 13 marcó, marca, un punto. No es una fecha simple, de un mes tórrido. Agosto 13 fija un propósito, fija un punto de obligada referencia y reverencia. Allá, en un cercano y lejano 1926, nació un hombre de cinco fidelísimas letras: Fidel.

Cada vez que decimos Fidel es Fidel, la frase cobra vida, más vida, y nos envuelve su misticismo. Ahora, retrotraemos de la memoria sus pasos por Camagüey, esos que la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) aquí y sus sindicatos recrearon la víspera de sus vivísimos 95 años.

Trece de los más de cincuenta lugares en los que dejó su impronta de Comandante invencible en la provincia fueron pretexto para evocar recuerdos, desenfundar anécdotas, y ver desde la altura del presente la grandeza que fue irrigando durante estos arduos pero bellos tiempos de Revolución.

No hubo mejor momento para entregar la bandera con sello peculiar: Fidel por Siempre, una iniciativa concebida por el movimienro obrero, destinada a reconocer entidades y centros donde aún se sienten las huellas del líder del Moncada, de la Sierra, y el llano.

 En la Escuela Provincial del Partido Cándido González Morales, la Doctora en Ciencias Maritza Álvarez López recordó aquella pecualiaridad del Jefe de la Revolución de ir hasta el más mínimo detalle.

Nada, ni lo más singular se le escapaba a su perspicacia, como en aquella visita en el año fundacional de 1976, cuando preguntó cuántas matas de mango tenía un campo destinado a esa fruta. La directora de entonces, Esther Pino, sorprendida por el Comandante, solo atinó a decir una cifra al azar. Momentos después, y antes de dirigirse a un plenario que aguardaba por sus conclusiones de una extensa e intensa visita a la provincia, colocó gentilmente una mano sobre el hombro de la directiva y le dijo: “Debes enviar a alguien a que cuente nuevamente la cantidad de matas de mango que tienes”.

Las historias fluyen. En el aeropuerto Ignacio Agramonte, desde donde partió hacia la inmortalidad el Comandante Camilo Cienfuegos, también se recordó al genial estratega, el mismo que el 27 de noviembre de 1959 inauguró el hospital Clínico-Quirúrgico Amalia Simoni, que ahora batalla contra las inclemencias de una pandemia como la COVID-19.

La unidad asistencial aprovechó la especial ocasión para reconocer como sus mejores secciones sindicales a las de Microbiología y la Vicedirección de Enfermería, ambas clave en momentos en que enfrentan un rebrote pandémico, que exige una total dedicación y la preservación de la seguridad de todo el personal.

 Foto: Tomada de perfil de Facebook Foto: Tomada de perfil de Facebook

Jóvenes destacados del Centro de Ingeniería y Biotecnología llevan hilos protagónicos en su hacer cotidiano. De ello dan muestra Laura Gómez, Laritza Domínguez y Yuliet Paneque, fruto del trabajo sostenido de esa institución que lleva adelante importantes proyectos en una instalación creada oficialmente el 25 de julio de 1989.

El Dr.C. Nemecio González Fernández, su director, identificó algunas de las principales líneas investigativas, los éxitos de varios de sus productos, y cómo en los tiempos actuales acogen nuevas misiones como las de vacunatorio, muestra fehaciente de la proyección de ciencia del Máximo Líder.

La fábrica de cerveza Tínima, orgullo local, fue obra de la colaboración con el extinto campo socialista, específicamente con la República Democrática Alemana. Nadie olvida el 23 de diciembre de 1985.

La aún impresionante industria, mantiene vitalidad contra viento y marea. Y el mejor ejemplo lo encarnan algunos de sus fundadores, como Diógenes Martínez, gente arraigada, con indiscutible sentido de pertenencia. Y qué mejor variante de homenaje que reconocer a los destacados y recibir a nuevos militantes del Partido Comunista de Cuba.

Arturo Alfonso Rosales, es el director de la “Vocacional”, esa obra monumental diseñada y construida por especialistas locales, y por cuyas aulas han pasado cientos de miles de alumnos, incluso de la vecina provincia de Ciego de Ávila.

Allí recordaron aquel memorable septiembre de 1976: la visita del Comandante, sus palabras, cómo ponderó la disciplina del estudiantado de entonces, que agitados por la emoción, aguardaban por sus palabras. Los muchachos de hoy, dijo el director, podrán sentirse orgullosos cuando reinicie el curso, “porque como dijo Fidel, no solo por la arquitectura, sino por su colectivo, que hoy vemos en el centro de aislamiento, en el hospital en que se ha convertido, dando el máximo esfuerzo, podemos ratificar que esta es una maravillosa escuela”.

 Foto: Tomada de perfil de Facebook  de la Vocacional. Foto: Tomada de perfil de Facebook de la Vocacional.

La Empresa Militar Integral Ignacio Agramonte es otro fruto de las ideas de Fidel, quien estuvo en su arrancada el 27 de noviembre de 1988, recordó Yoanqui Migoya, el director. Y sus conquistas no solo son en el terreno industrial, sino también en contar aún en sus filas con muchísimos trabajadores fundadores. Uno de ellos, Félix Lauzerique, evocó apasionado el instante en que el eterno guerrillero “alzó en sus manos el primer fusil fabricado en nuestra empresa. Por eso estás entre nosotros, en esta bandera que constituye un compromiso para seguir creando, seguir haciendo, seguir innovando como única vía para que siga avanzando nuestra sociedad socialista”, reafirmó.

La emoción de versos y poemas, de los jóvenes reconocidos por saber responder a quienes pretenden torcer el rumbo de la Revolución, todas las imágenes devuelven a un colectivo crecido en medio de las complejidades económicas y que resguarda también con especial celo la visita del General de Ejército Raúl Castro, el 10 de enero de 2018.

 Foto: Tomada de perfil de Facebook  de la institución. Foto: Tomada de perfil de Facebook de la institución.

La Unidad Empresarial de Base Frigorífico 1000 Stefan Borisov, nació en la etapa de desarrollo cooperado con el extinto campo socialista. Su creación respaldó la necesidad de conservar producciones. Allí, la semana es intensa y hasta altas horas de la noche, destacó Vilma Bazán, la directora. “La gente se entrega, sabe cuál es nuestro rol, y lo cumplimos”.

Otrora cuartel, en tan temprana fecha como el 27 de noviembre de 1959 se volvió Ciudad Escolar. Se cumplía la promesa revolucionaria de convertir los anteriores antros de tortura y muerte en cobija para la educación. Fue este el lugar desde donde el traidor Hubert Matos pretendió boicotear la naciente revolución popular. Pero Camilo, en cuestión de horas, deshizo y detuvo la asonada, que apenas pudo asomar sus garras.

Hoy, sigue siendo espacio formador de niños y adolescentes, guiados por el sacrificado ejército de educadores, a quienes, como expresó uno de ellos este jueves de evocaciones “más fácil nos será dejar de existir que dejar de ser fiel al Comandante en Jefe”.

El Centro de Ingeniería Clínica y Electromedicinase encarga de mantener de alta importantes equipos médicos. Y ahora más, cuando las piezas fallan por la incidencia del brutal bloqueo, sin embargo, la creatividad del colectivo dirigido por Yosvel Tabares, logra despejar con soluciones los múltiples problemas de la cotidianidad.

Quién hubiese pensado que este tipo de instalación, pensada y materializada por el Jefe de la Revolución, tendría un aporte tan fundamental en la revitalización de costosas tecnologías, muchas con varios años de explotación, y adquiridas en moneda convertible.

Otra vez, la impronta del insuperable conductor, del guía, daba en el blanco.

Cuando la economía nacional tenía otros soportes, Fidel consideró importante avanzar en desarrollar la llamada industria sin humo: el turismo. No pocos miraron con excepticismo, sin embargo, el tiempo probó su acertada visión.

De ese esfuerzo, de esa voluntad, surgió el Hotel Camagüey, adscripto a la cadena Islazul, y que probó sus primeros clientes en 1976. Y en la compleja hora actual, ellos han apartado su habitual objeto social para asumir disímiles misiones; entre esas, defender la Revolución en las calles, como patentizó el trabajador Leonardo Meriño.

Admirado por las dimensiones de la obra, el nombre se lo propuso Fidel: esto es un Palacio de los Deportes, y Rafael Fortún Chacón, en honor a ese gran atleta camagüeyano, agregó. Corría el 27 de julio de 1989. Desde ese entonces, por ahí han pasado verdaderas glorias locales y nacionales, algunos de los cuales estuvieron presentes en el sentido tributo.

La Plaza de la Revolución, en sus 36 años, ha acogido memorables sucesos. El más doloroso, recibir las exequias de Fidel, que reposaron en su Salón Jimaguayú antes de proseguir hasta su última morada. Pero esta fue también tribuna de sus palabras, una tribuna a la que se le reconocieron ahora méritos en época de constantes pruebas.

La de este 12 de agosto devino una jornada de vivencias, de enseñanzas,de  plena confianza en el futuro, un futuro que comenzó a alumbrar el 1ro. de enero de 1959, y en el que agradecemos la presencia de Fidel… por siempre.