CAMAGÜEY.- Desde la Casa Natal del héroe epónimo, de esta provincia, Ignacio Agramonte Loynaz, comenzaron las honras por el aniversario 182 del nacimiento de ese líder mambí que contribuyó al impulso de la luchas por la independencia en el territorio camagüeyano, y en el país, además de legarnos un cúmulo de tradiciones patrias.

El 23 de diciembre de 1841, en la casa marcada con el No.5, de la antigua calle Soledad, que hoy lleva su nombre, llegó al mundo el futuro prócer, quien, según expresó el historiador, Fernando Manso Alonso, “debemos homenajear más allá de mayo y de diciembre, más allá de los momentos de vicisitudes y de triunfos”. La formación estudiantil la iniciaría en su ciudad de origen, luego en la capital, y más tarde en los colegios de Barcelona, durante un período de siete años. En 1859, se alista en la carrera de Derecho y el 19 de julio de 1863, logra el título en esa disciplina.

Fue recordado en aquel sagrado inmueble, la marcha del insurrecto a la manigua, y el sacrificio de su matrimonio, con Amalia Simoni Argilagos, de la vida tranquila y de los bienes que podría ostentar. El espacio remitió a aquel sublime momento, en el Paradero de las Minas, donde se pronunciara en la reunión efectuada en la sabana de La Redonda, ante la pregunta retórica de “¿Con qué contaba para ganar la guerra?”, y el respondió: “¡Con la vergüenza!”.

Las Minas de Juan Rodríguez, El Clueco, Las Tunas, La Industria, El Cercado, La Caridad de Arteaga, El Rosario, Ingenio Grande, El Socorro, Las Piedrecitas, Curana, La Entrada, El Mulato, La Redonda, La Horqueta, Guaicanamar, Palmarito, La Trinidad, Sebastopol, Consuegra, Las Catalinas, El Quemado, Cocal del Olimpo, y el formidable Rescate de Sanguily, resultaron algunos de los encuentros bélicos que libró contra la metrópoli española, el Diamante con Alma de Beso, como le llamó nuestro Héroe Nacional, José Martí.

Para concretar el tributo, fue colocada una ofrenda floral en el emblemático Parque Agramonte, a nombre de este pueblo, que siente el orgullo de vivirlo desde la historia. Como dijo Manso Alonso, no hay mejor camino que “seguir el ejemplo de El Mayor, ese héroe del ayer, del hoy y del mañana. Camagüey se levanta todos los días con su inspiración”, su figura sigue siendo un referente ético, un ideal para los de su tierra, y el país.