Lecturas
Espacio para disfrutar de la lectura, aprender y entretenerse.
Hasta siempre Rafael, ¡qué bonitas huellas dejas!
Por Carmen Luisa Hernández Loredo / Adelante
Hoy despedimos a un hombre necesario, justo y noble. Para Rafael Fals Cabalet, nunca hubo un imposible. Su vida estuvo signada por la familia y el trabajo. A ambas obras se entregó con convicción y con vocación.
Leer más...De Sierra de Cubitas a la casa natal del Che
Por Enrique Atiénzar Rivero/Adelante
Transcurría la década de los ‘90 del pasado siglo. La Sierra de Cubitas era frecuentada por miembros del Grupo de Solidaridad Chau-Bloqueo. Yordan Alonso Riopedre nunca había viajado al exterior cuando ese movimiento hermanado con Cuba tendió el camino para que el profesor de la otrora escuela Ángel Castillo Agramonte (Sola 13) conociera la casa donde nació el Che en la ciudad de El Rosario.
Leer más...El jockey que no entrevisté
Por Oreidis Pimentel Pérez / Colaborador
Menudos hombrecillos son los jinetes de carrera. Tienen que ser así para que a menor peso, según las consabidas leyes físicas, el corcel Árabe o Pura Sangre gane metros como saeta contra el viento.
Leer más...Los sellos que vos falsificasteis… gozan de buena salud
Por Oreidis Pimentel Pérez / Colaborador
Dentro de los muchos pasatiempos coleccionables la filatelia es uno de los más universales, pero desde el mismo momento en que el sello postal se convirtió en un valor sobre vinieron intentos de estafas, engaños al fisco y al correo, incluso la falsificación con fines lucrativos. A lo largo de la historia los más célebres casos han sido los mejores timadores, porque pasaron a la posteridad por su maestría en las copias, por eso hoy les brindamos un rápido recuento de tan pícaros personajes.
Leer más...Recuerdos
Por Zoila Pérez Navarro/Adelante

No sé por qué, entre tantos, me asaltan esos dos recuerdos. Quizás porque nunca he sido más fuerte que cuando me has necesitado, cuando has dependido de las fuerzas de mamá. Lo contado es lo que vuelve, en imágenes, recurrentemente, esos momentos clímax, de dolor y cansancio, y también de fuerza. Pero con los recuerdos, me vuelve la certeza: al final, las dos veces, vencimos juntas.
Mi alma lleva una bandera obrera
Por Legna Caballero Pérez /Adelante

Desde niña, siempre disfruté los Primero de Mayo, por la fiesta, la gente, la familia y las frituras de maíz que siempre comía al terminar el desfile. En una ocasión no pude desfilar porque estaba enferma y saqué todos los percheros del armario, les pegué papelitos de colores y llené la casa de banderas. Tal vez por eso recuerdo con tanta tristeza aquel 1ro de mayo del 2020, desde un centro de aislamiento por sospecha de COVID, en el que mi plaza y mi casa estaban tan lejos.
Alcohólicos anónimos: “felices 24 horas”
Por Legna Caballero Pérez/Adelante

En el barrio le decían “Chimbín”, pero nadie sabía que le gustaba jugar ajedrez y tenía un amarillento título de Ingeniero. Tampoco conocían de su esposa e hijo; que guardaba una colección envidiable de discos de boleristas cubanos y que todo lo cambió por un traguito de ron. Era el borracho repugnante, el “nadie” que se sentía nada sin la voz de Elena Burke en aquel tocadiscos que vendió cuando el frío apretó el alma.
De proyectos, universitarios y otras formas de amor
Por Laura Marian Bacallao Padrón/Estudiante de Periodismo

Soy de Camagüey, nací en esta amplia llanura plural, mas, en 20 años nunca escuché hablar de Nitrógeno, una comunidad en silencio, geográfica y socialmente lejos de la céntrica avenida y los edificios. Con la Federación Estudiantil Universitaria y la Universidad de Camagüey descubrí a Nitrógeno, a sus niños, a sus madres, a sus desórdenes urbanos. Lo que hacemos se llama Proyecto Comunitario, pero cada involucrado puede nombrarlo como desee. Para mí significa amar sin preocuparse por la finalidad del amor.
Que el amor no cruja como los huesos
Por Legna Caballero Pérez /Adelante

Le sobran años y le faltan fuerzas. Las canas son tan abundantes como los miedos. Ayer quiso agacharse a recoger el jarrito plástico que se le cayó y los huesos crujieron, como cruje la madera podrida. En el espejo parece que vive otro, el de hace 30 años, el que todavía podía cargar los mandados y el agua cuando se rompía la turbina.