Fue una manifestación convocada por los universitarios a los que se unieron, solidarios, los obreros. Oponerse a la prórroga de poderes del tirano Machado y exigir su inmediata renuncia eran objetivos en común.
Pero aquel 30 de septiembre, en la capital, las tropas del ejército amanecieron acuarteladas y la Colina Universitaria totalmente rodeada por la policía. Felo Trejo — así lo reconocían sus compañeros— estuvo involucrado en los hechos que acontecieron esa mañana.
Como vicepresidente de la Asociación de Estudiantes de Derecho había participado en la redacción del Manifiesto al pueblo cubano, en el cual el Directorio Estudiantil Universitario (DEU) demandaba el fin de la dictadura y denunciaba el asesinato de Julio Antonio Mella.
La acción había comenzado con una asamblea en el Patio de los Laureles del centro docente y su consiguiente declaración de principios.
El documento sería llevado, en gesto de reconocimiento, al veterano maestro de generaciones Enrique José Varona, quien por su actitud frente al gobierno había contribuido a madurar la conciencia revolucionaria estudiantil.
En el parque Eloy Alfaro, de O y 27, se congregó la masa compuesta por la población y los educandos que, bajando en avalancha por la escalinata, rompieron el cerco policial. Una bandera cubana se desplegó y la multitud rebelde allí reunida se puso en marcha expresando su indignación con gritos de: ¡Abajo Machado! y ¡Abajo la tiranía!
El jefe de la policía que dirigía la operación dio la orden de ataque y la manifestación resultó brutalmente reprimida.
En la lucha desigual quedó lesionado Pablo de la Torriente Brau, entonces joven escritor y periodista de militancia revolucionaria. Rafael Trejo se enfrentó cuerpo a cuerpo con uno de los sicarios y recibió el impacto de una bala que lo hirió de gravedad.
Ambos fueron llevados al Hospital de Emergencias y coincidieron en el salón de urgencias. El breve encuentro impresionó el ánimo del cronista, al punto de dejar este testimonio: "Yo no podré olvidar jamás la sonrisa con que me saludo Trejo...Era algo como si me volviera la cólera de la pelea a pesar de la sangre perdida, era que yo sabía ya, que Trejo con sus 20 años poderosos, se moría".
La pérdida de Rafael Trejo devino acicate para lucha del DEU. Su entierro el día dos de octubre constituyó una verdadera y sentida manifestación de duelo, extendida a otros centros educacionales y universidades de la isla. Su féretro fue cubierto con la misma bandera cubana que apenas unas horas antes sus compañeros habían enarbolado en la manifestación.
En la mismo jornada que fue sepultado Trejo, la Universidad de La Habana quedó ocupada por el ejército y Machado suprimió todas las garantías constitucionales. El nueve de octubre los estudiantes protagonizaron nuevamente una acción revolucionaria y combativa al prohibírseles efectuar el homenaje póstumo con el que querían honrar a su dirigente.
Rafael Trejo González nació en San Antonio de los Baños el nueve de septiembre de 1910. En 1927 ingresó en la Facultad de Derecho para hacer la carrera de abogado, pues como le revelara a su camarada Raúl Roa, quería dedicar su vida a la defensa de los pobres y serle, de esa manera, fiel y útil a su país.
Hoy, en las calles Infanta, entre Príncipe y Jovellar, en el mismo lugar donde cayó herido el estudiante Rafael Trejo, existe una tarja que recuerda la jornada revolucionaria del 30 de septiembre.
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