El Doctor en Ciencias Enrique Arango, vicedirector del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS), radicado en la ciudad de Santiago de Cuba, explicó que bordeando la costa norte se ubican otras como la falla Norte de La Española y la Norte Cubana.
Esas son zonas sismogeneradoras y dan lugar a temblores de moderada magnitud. Además, hay otras importantes como la Trocha, en el centro de la Isla, y en Pinar del Río, en el occidente.
En lo que va de año, el comportamiento de la sismicidad es un tanto diferente a etapas anteriores. Hasta el 20 de abril el Servicio Sismológico Nacional de Cuba registró dos mil 073 terremotos, de estos mil 737 en el territorio nacional y áreas adyacentes.
De esa cifra, siete sismos fueron perceptibles con epicentros en zonas tan distantes como Yaguajay, al norte de la provincia de Sancti Spíritus (3-enero), magnitud de 3.0 en la escala de Richter; y La Máquina, en el municipio de Maisí, en Guantánamo (5-enero), de 3.0.
Otros tres se sintieron en la provincia santiaguera, así como también uno per cápita en Playa Girón (Matanzas) y Sibanicú-Cascorro (Camagüey).
La fuerza del seísmo depende de un proceso continuo de acumulación y liberación de energía durante un período de tiempo largo, decenas o cientos de años. Por ejemplo, al sur de Santiago de Cuba y Guantánamo, el último terremoto fuerte registrado fue el tres de febrero de 1932, con una magnitud de 6.5 e intensidad de VII grados en la escala MSK, ocasionando grandes daños materiales.
Esto significa que en esa porción hay una energía acumulada capaz de generar un sismo similar o mayor al ocurrido en 1932.
Sobre el aumento del nivel telúrico en el centro y oeste, Arango explicó que durante el 2014 e inicios del 2015 se manifestó más activo y energético en Corralillo, norte de las provincias de Matanzas y Villa Clara, con ocho eventos de magnitudes entre 3.4 y 4.8, perceptibles en esos lugares, en la península de Varadero y algunos en La Habana.
Esa sismicidad estuvo relacionada con la falla Norte Cubana, la cual tiene varios eventos históricos reportados como el acaecido en la zona de Remedios-Caibarién, el 15 de agosto de 1939, magnitud de 5.6 y VII grados de intensidad.
La serie de movimientos telúricos puede empezar con premonitores que aumentan en cantidad y magnitud en el tiempo, hasta ocurrir un sismo significativo de mayor energía que luego es sucedido de réplicas menores.
Otro puede ser un agrupamiento de terremotos que en cantidad alcanza un número revelador, pero no se distingue ningún sismo fuerte o el comienzo de uno fuerte seguido de réplicas que van decreciendo en el tiempo.
En raras ocasiones ocurre una sacudida de moderada magnitud sin premonitores ni réplicas, como el del 13 de marzo de 2015, de magnitud cuatro en Santiago de Cuba.
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