CAMAGÜEY.- A una figura de pensamiento, carácter y apasionado como el historiador Francisco Luna Marrero, resulta imposible darle un adiós definitivo. Tras su fallecimiento el siete de septiembre, sus familiares, colegas, instituciones y el pueblo de Camagüey, se dieron cita en la funeraria de La Vigía para recordar la obra de este hombre que no solo contaba con ardor las páginas de gloria de nuestra Patria, sino que fue una pieza importante dentro de ella.
"Paco, cómo le decían sus amigos, siempre estaba dispuesto a compartir los conocimientos históricos. Nos dejó sus libros relacionados con la lucha contra Batista, el Rubio de la guerrilla del Che, el Atlas de Camagüey, la Historia de la Provincia de Camagüey, el resultado de su trabajo en la revista Las Clavellinas, entre otros quehaceres. Queda de nuestra parte utilizar sabiamente los archivos, documentos y fotos que nos legó", expresó el profesor, Ricardo Muñoz Gutiérrez.
En nombre de la Unión de Historiadores de Cuba (Unhic), de esta demarcación, su presidente, Fernando Manzo Alonso, refirió a Adelante: "Luna, transmitió sabiduría a todos los integrantes del gremio, y mantuvo una actitud destacadas en cada uno de los procesos de nuestra Revolución. Él no solo se encargó de narrarlos, sino también fue uno de sus protagonistas. Otra de sus cualidades fue el activismo. Incluso, jubilado, se preocupó por arrojar luces sobre acontecimientos poco investigados".
La vicepresidenta de la Sociedad Cultural José Martí, Ángela Benítez Quevedo, comentó que "perdimos a un buen compañero y a un excelente profesional que nos hereda su ejemplo, ética, humanismo, compromiso con la verdad histórica y con la preservación del patrimonio material e inmaterial". Uno de sus amigos cercanos, Yaliesky Rivero Álvarez, lo cataloga como un intelectual que defendió siempre sus criterios con la razón y la justicia, sin herir nunca las creencias de las demás personas.
Sabía educar, unir, generar respeto y entendimiento por su capacidad para narrar la historia y desvelar sus zonas oscuras, como aseveró el profesor de esa materia, Avelino Fernández Espert. "Hizo mucho por el desarrollo y difusión de los hechos patrios. Su trabajo es un reflejo fehaciente de cuánto amó a su tierra natal. Tuvo virtudes y defectos, como todos nosotros, pero lo que no cabe duda es que siempre se mantuvo al servicio la sociedad".
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Por su amplio quehacer, Francisco Luna Licenciado en Educación Especialidad Historia y Ciencias Sociales (1984) y Máster en Ciencias Pedagógicas por el Instituto Superior Pedagógico “José Martí” (2009), acumuló méritos cómo el Premio Provincial de Historia Elda Cento Gómez, el Diploma de Destacado como investigador del Instituto de Historia de la Academia, las medallas de la Alfabetización por ser Brigadista “Conrado Benítez”, la del X Aniversario de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, el Reconocimiento por el 40 Aniversario de la UNHIC, entre otras distinciones.
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En horas de la tarde, la urna con las cenizas del notable historiador, fueron colocadas en el Cementerio General de esta localidad, para concretar la fase final de un "descanso eterno". Sí, entre comillas porque quienes lo conocimos sabemos que su voz no la apagará la muerte. Vivirá en las hojas de los libros, en la mente de sus alumnos, y en el corazón de quienes de una u otra forma bebimos de su sabiduría, mientras nos hablaba de la historia no como un trabajo, sino como el mayor placer del mundo.