CAMAGÜEY.- La visita y el conocimiento de las labores que se efectúan en centros de la salud fundamentales en la salvaguarda del bienestar, de este territorio, ocupó la segunda jornada de intercambios de la brigada Juan Rius Rivera, en Camagüey, quienes representan la solidaridad y el altruismo del pueblo de Puerto Rico con el de Cuba por encima de las barreras políticas y económicas impuestas por el gobierno norteamericano.
El Policlínico Universitario Ignacio Agramonte, próximo a cumplir los 50 años de creado, resultó el primer destino de los caravanistas, que recorrieron diversos espacios del centro como las instalaciones de estomatología, el cuerpo de guardia, los laboratorios clínicos y los equipamientos utilizados en favor de salvar vida. Supieron, además, sobre los diversos mecanismos empleados por el personal de la entidad para combatir y controlar la COVID-19 y de las potencialidades del capital humano, como el recurso más importante del lugar.
“Desde siempre el sistema sanitario cubano ha sido un ejemplo para el mundo. Durante la pandemia muchas personas murieron, en Estados Unidos y Puerto Rico, porque no podía pagar esas dosis. Admiramos también de los cubanos la importancia que otorgan a su historia, porque el colonialismo al que hemos sido sometidos, ha provocado un eventual olvido de nuestra cultura e identidad”, dijo a los medios de comunicación de este territorio, la profesora de Estudios Latinoamericanos y Caribeños, Ana María López.
Manuel Labrada Salvat, estomatólogo y secretario del núcleo del Partido en el policlínico, precisó cómo la institución contribuye al adiestramiento de estudiantes de medicina de América Latina y de los Estados Unidos, y agradeció en nombre de los 438 trabajadores, el apoyo moral y material de las brigadas de solidaridad en momentos esenciales, como en la etapa de la pandemia, para contribuir a la cura con los bulbos sanadores.
Entre las opiniones de los visitantes, destacó la de la educadora en salud y tanatóloga, Ada Mildred Alemán Batista: “Nuestro país tiene más máquinas de resonancia magnética que Canadá, pero estamos orientados hacia un sistema de sistema que pondera el lucro a través de la enfermedad. Aquí en la Mayor de las Antillas hemos encontrado un despliegue médico enfocado en las necesidades del paciente y con carácter gratuito”.
Continuó la agenda de “la Juan Rius” con un encuentro con el personal del Hospital Pediátrico Provincial Docente Eduardo Agramonte Piña. Su director, Leonardo Ramírez Rodríguez, habló de la historia de la entidad, de cómo inició con una incipiente atención asistencia para niños, “que se ha fortalecido con los años y en la actualidad cuenta con más de 350 camas dedicadas a especialidades químicas y quirúrgicas. Aquí recibimos enfermos, de Ciego de Ávila y Las Tunas, junto con los de esta demarcación”.
Ramírez Rodríguez, distinguió la profesionalidad de los más de 1200 trabajadores que laboran en el inmueble, y agregó que “en el período de afectaciones por el Coronavirus, efectuamos una vigilancia precoz, y un diagnóstico y tratamiento eficaces, que nos permitió sanar a nuestros de pequeños enfermos”. Apuntó el directivo que el sacrificio y la pasión del colectivo de “el Pediátrico”, honra el aniversario 55 de su fundación, acontecida el 23 de julio de 1968.
“Tenemos el compromiso de regresar y compartirles los esfuerzos que realizamos para ser solidarios con Cuba y sortear las dificultades que nos impone el imperio. La salud es uno de los logros más significativos de esta Revolución y ustedes tienen nuestro respeto por la obra que han alcanzado”, dijo Milagros Rivera Pérez, presidenta del comité de solidaridad con Cuba, quien a su vez afirmó que la medicina cubana es un ejemplo para la humanidad.