CAMAGÜEY.- En la provincia de Camagüey son adoptadas una serie de medidas para paliar la situación epidemiológica relacionada con la COVID-19. Aunque pocos, han surgido nuevos casos de personas confirmadas con la enfermedad y sobresale la pesquisa activa y diaria para identificar a aquellas con síntomas respiratorios y su evaluación por parte del equipo de Salud, los estudiantes de la Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay, e integrantes de las organizaciones de masa, con prioridad en las unidades cerradas y grupos vulnerables.
De la misma manera se refuerza la atención del médico y enfermera de la familia en los hogares, con sumo cuidado a los residentes frágiles, debido a la edad y enfermedades de base quienes deben permanecer en sus casas; y de igual manera se fortalece la atención materno infantil.
Especial servicio reciben los ancianos que viven solos, y queda prohibida la entrada de personas con síntomas respiratorios en los centros de trabajo y de estudio, siempre con el concepto de responsabilidad de los directivos.
Se requiere de mantener los estudios poblacionales para la detección oportuna de posibles portadores de la enfermedad y que estén asintomáticos, y también el aseguramiento de las ambulancias con sus tripulaciones preparadas con equipos y medicamentos para soporte vital y, por supuesto, los medios de protección a la hora de trasladar pacientes de quienes se sospeche el padecimiento o sean casos confirmados.
Debe mantenerse especial cuidado en las unidades de la Salud correspondientes a las normas higiénico-sanitarias establecidas, que indican igual el garantizar los medios de protección para su personal, con el incremento de las acciones de inspección sanitaria estatal.
Está concebida la realización de PCR, que es la prueba de biología molecular en tiempo real (Reacción en Cadena de la Polimerasa, por sus siglas en inglés) y de test rápidos a quienes ingresen por infecciones respiratorias agudas (IRA), con vista a detectar la presencia del SARS-CoV2. El test rápido detecta infecciones en grupos poblacionales y luego es obligatoria la realización de la PCR, también en los fallecidos por esta causa y en casos de estudios por rebrotes.
Resulta imprescindible reducir el nivel de atenciones en las instituciones asistenciales, de manera tal que puedan liberarse capacidades de equipos médicos y otros recursos necesarios, sin olvidar el evitar la afluencia de público y aglomeraciones de personas en dichos centros.
Por todo lo anterior se suspenden las cirugías electivas, excepto las que respondan a enfermedades que comprometan la vida del paciente, como son los casos de cáncer, trasplantes, por solo mencionar algunas.
Serán reprogramadas las consultas médicas externas que sean posibles, y la realización de exámenes complementarios, con el aumento de la proyección comunitaria de las diversas especialidades.
Mantienen la vigencia por seis meses más las dietas y certificados médicos que venzan, en todos los establecimientos y farmacias involucrados.
A los ingresados en centros hospitalarios que requieren ayuda se permiten sus acompañantes, pero si se produce alguna situación epidemiológica no se admiritá su relevo, mientras quedan suspendidas las visitas a estas personas, así como los pases en pacientes internos en hogares de ancianos y los centros médicos psicopedagógicos.
Está prevista la suspensión de los pacientes semi-internos en los hogares de ancianos, casas de abuelos y centros psicopedagógicos.
Quedó estipulado el uso obligatorio del nasobuco o mascarilla para toda la población, y se garantizan las capacidades en centros de aislamiento de aquellas personas con sospecha de la enfermedad o por ser contactos de casos confirmados.