CAMAGÜEY.- Las mujeres cubanas son bujías fundamentales de nuestra historia, en cualquiera de sus etapas. En la manigua, la lucha clandestina o la Sierra Maestra, sus esfuerzos fueron ejemplo e inspiración. Una de ellas fue Vilma Espín Guillois, integrante del Ejército Rebelde y fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), quien un día como hoy cumpliera 90 años. Desde Camagüey, la entereza de su espíritu se refleja en los rostros que la recuerdan como un ejemplo que vivifica.

Fotos: Alejandro Rodríguez Leiva / AdelanteFotos: Alejandro Rodríguez Leiva / Adelante

En las memorias de Esther Quintero Labrada hay siempre un espacio de honor para Vilma, imprescindible en la formación de su conciencia.

“Apoyé a mi país en los trabajos voluntarios, el Comité de Defensa de la Revolución (CDR) y en cuantiosas actividades que protagonizamos para aportar a la sociedad. Siempre actué con el cariño, la responsabilidad y la entrega que aprendí de ella”.

Funcionaria por más de 50 años del Consejo Ecuménico de Cuba y trabajadora del Consejo de la salud durante cuatro mandatos, en el Gobierno Provincial, Esther hurga en sus recuerdos y reconstruye un encuentro: “Coincidimos en varias reuniones y, en una ocasión, me confesó que su madre le había enseñado que Jesús fue el primer revolucionario. Yo quedé prendada por su carácter jovial, humildad y sonrisa siempre sincera. Constantemente demostró una sensibilidad muy grande ante las dificultades y una actitud implacable contra las acciones que podían humillar a la mujer. En la actualidad, una maneras de honrarla es cumpliendo con las indicaciones que dicta el país para combatir el nuevi coronavirus, porque la disciplina también fue una de sus virtudes”.

Para la combatiente Adria Nodal Reyes, una de las que en su juventud se sumó a las labores de la naciente revolución socialista, Vilma es una presidenta eterna de la Federación. La conoció en la constitución del Instituto de la Infancia, atendí los círculos infantiles, primero como subdirectora provincial, y luego en el municipio de Camagüey. Apunta que cada vez que señalaba alguna falta lo hacía con dulzura y con atinados criterios.

En el reparto Puerto Príncipe vive una anciana llamada Gladis Castañeda Pompa. Su existencia, es la epopeya de una Mariana que peleó en la clandestinidad, la Sierra Maestra y la madre de uno de los jóvenes mártires que ofrendaron su sangre en la misión internacionalista de Angola. Así como Vilma, ella transita por los 90 años de vida.

“Compartimos en varios momentos, en la Sierra, y su trato cordial todavía lo siento en mi corazón. Cantaba muy bien y permanecía muy atenta a cualquier necesidad que tuviéramos en aquellos parajes. Luego del Triunfo de la Revolución, nos vimos unas dos veces en La Habana y cada vez que hablábamos, regresaba a aquellos tiempos difíciles, de guerra contra la tiranía, pero en el que establecimos una suerte de hermandad. Es que tenía tantas cualidades, que son difíciles de enumerar”.    

A todas esas que contribuyeron al fortalecimiento de nuestra nación llegó un mensaje de amor de la FMC, en la provincia a través de un ramo de flores, en representación del empeño, la confianza y los desvelos que Vilma depositó en esa organización. “Hemos elegido a plena conciencia: Socialismo, pase lo que pase”, dijo ella en el V Congreso del PCC,en 1990, convencida de que las cubanas serían capaces de forjar su destino y el de su pueblo.