CAMAGÜEY.- El dos de febrero Camagüey despierta con el alba avivada por un toque de trompeta como anuncio del día del cumpleaños de esta ciudad que también empieza a celebrar con la ceremonia de la Bandera cubana.
Es el sonido de la Diana Mambisa un portador por excelencia del viaje con la velocidad de la luz, hacia las beligerancias en el siglo XIX cuando avanzaron las luchas por la independencia del país, entonces colonia de España.
El día comienza con las notas altas del sentimiento patriótico, que se reafirma en la ceremonia para izar la Enseña nacional, estimulada especialmente en la plaza fundacional de la actual urbe, y además entraña arriarla en la tarde.
La idea de esa ceremonia se atribuye a José Rodríguez Barreras, director de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, para distinguir esa actividad diaria tras la reinauguración del Parque Agramonte en el año 2001.
Cuba había tenido once banderas, sin embargo, la de la Estrella Solitaria fue elegida para representar la nación por acuerdo de la Asamblea Constituyente de Guáimaro en abril de 1869.
Al inicio, realizaban la ceremonia tres hombres vestidos como mambises, y a partir de la sugerencia del Comandante Juan Almeida Bosque, se incorporó una mujer y también en determinadas ocasiones a un niño pionero.
El ondear de la bandera estimula un pensamiento a una matancera llamada Emilia, quien cosió por primera vez la representación material del emblema, a partir del diseño de su primo hermano y esposo Miguel Teurbe Tolón y la idea del general de origen venezolano Narciso López.
Los encargados de la ceremonia agramontina comenzaron a identificarse como el grupo de Los Bayardos. Eran muchachos que cumplían el Servicio Militar de esa manera, e incluso seguían después con mucho gusto. Una comisión determinó que el equipo lo integraran civiles.
Quizá la mayoría de los cubanos diga de memoria algunas características de la enseña nacional, sin ir tan lejos como la explicación arrogada al escritor Cirilo Villaverde, acerca del significado de sus elementos a partir de la simbología masónica.
En cambio, el significado afectivo trasciende lo mil veces repetido en la historia, porque este emblema abarca la pasión y el arraigo a la nación. De lo contrario, cómo explicar la emoción incontrolable de los cubanos, visitantes o residentes en el exterior, de misión o de por vida en otros países, cuando ven la imagen del símbolo patrio más representativo a nivel internacional.
Hoy es el domingo que marca el aniversario 506 de la fundación de la otrora Villa de Santa María del Puerto del Príncipe, villa andariega que se asentó para bien entre los ríos Tínima y Hatibonico, desde donde se ha legitimado con el nombre de origen taíno Camagüey.
La Diana Mambisa se ha previsto a las 6:00 a.m. desde los parques Agramonte y José Martí, y las plazas de del Carmen, de los Trabajadores y San Juan de Dios, puntos de salida para el encuentro en el sitio inefable del afecto y del arraigo.
Y el dos de febrero también se comienza a celebrar con la actitud cívica del respeto a la bandera que une a los cubanos, inspiradora además de la de Puerto Rico, la estelada de Cataluña y la de Filipinas.
Habrá que volver al parque o plaza fundacional de la actual ciudad, donde primero se recibe la felicitación más natural del mundo, por el Sol que abraza la Bandera y a la estatua ecuestre del Ignacio Agramonte, el héroe epónimo del Camagüey, un mambí que cabalga en el tiempo con el ímpetu de la diana.
- Con la identidad de una tradición lugareña (+Fotos)
- Camagüey= feria +artesanía
- Saludo de la Asamblea de Gobierno al aniversario de la ciudad
- Sailén Salet: regalo para Camagüey en el aniversario 506
- Días gastronómicos en Camagüey (+Fotos)
- El espacio público, protagonista de un Simposio