Crónicas sueltas

Selección de lecturas publicadas por periodistas de Adelante.


Van Horne y los caminos de hierro

En torno a la inauguración del novedoso bulevar de esta ciudad, en la cuadra comprendida entre el primer tramo peatonal de República y Avellaneda, algunas personas aluden al nombre de la calle Van Horne, el llamado “rey de los ferrocarriles”.

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Un semanario para curiosos

Apenas tenía unos 20 ejemplares manuscritos en cada edición. La anémica reproducción a cargo de los copistas encontró un antídoto singular: rotar las hojas, una vez leídas, para satisfacer las demandas de alrededor de 200 abonados.

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Príncipes y princesas en el ciberespacio

Jaivillaba quiere conocer a una chica interesante, romántica, amante de la música, la lectura y el cine. No le preocupa gran cosa el físico de la joven, y como supone que a la agraciada tampoco, decide no mostrar su foto, solo una simple caracterización...

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El hombre que nunca se rinde

Almeida, destacado guerrillero, se convirtió en una figura política prominente de la nueva sociedad cubana.

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Nunca antes me había fijado, no me había detenido a mirarlo, hasta que un día lo descubrí. Y ese hallazgo me puso a pensar en el esplendor de antaño, pensar en quién estuvo allí, y en todo lo que al pasar el tiempo vio.


La fauna entre los personajes camagüeyanos

 En la ciudad de Camagüey no son solo calles y zaguanes, plazas, parques o callejones los que marcan hitos de diferentes épocas. Ni siquiera personajes y personalidades nos acompañan en los fantasmas de la memoria anotados en páginas de libros y periódicos. Hay estampas de una fauna que debe ser sumada por derecho a estos recuerdos.


Callejones en la ciudad

Nuestra ciudad cuenta con no pocos lugares emblemáticos, incluyendo el trazo de sus calles, cuyas características resultan propias de todas las villas fundadas a lo largo de los resplandores medievales del siglo XVII.


Día de los buenos papás

De niños no jugaron con muñecas —ni siquiera con muñecos—;  para ellos no hubo ensayos de cargadas y biberones. Cuando se armaba “la casita” de los primos, del círculo infantil o del barrio, les tocaba leer el periódico, hacer las compras, decidir y regañar.


Las manos de mi pa’

Las manos de mi pa’ son grandes, de dedos robustos, de muchas cicatrices, de ampollas prematuras por las labores duras del campo. Son manos que dejan ver los callos de la piel y los del alma, esos que salen cuando mucho se ha sudado para mantener y educar a una familia.