CAMAGÜEY.- La solista cubana Irian Rondón estudió violonchelo, pero el instrumento no era su intención porque la movía el deseo de cantar, y desde entonces ha luchado por su sueño.
Recientemente ofreció el recital Ámame como soy, un proyecto que propuso a través de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) en Camagüey, y que tendrá una frecuencia mensual.
“Me gusta cantar en la Uneac porque me resulta agradable. Nuestro trabajo no es solo para los miembros, sino para todos los que nos conocen como artista, en las comunidades en las que hemos estado de manera voluntaria”, contó.
Irian Rondón prefiere en su repertorio las canciones compuestas por camagüeyanos, como mostró en su presentación al interpretar temas de Sergio Morales, Norberto Puentes y de la autoría de jóvenes coterráneos.
“Debemos reconocer a los compositores camagüeyanos. Tenemos que promovernos y eso nos lo facilita la Uneac”, enfatizó.
Como profesional de la música lleva 42 años, aunque nació con el talento encauzado en las agrupaciones Lágrimas Negras, Conjunto Camagüeyano, Conjunto Agramontinos, Coro Profesional de Camagüey y Coro Vocal Desandann.
“Soy descendiente de haitianos y la mayor parte de mi carrera artística fue con Desandann. La música de nuestros ancestros no tiene fronteras”, destacó.
Pero sin ánimo de controversias donde no las hay, además de la raíz haitiana, Irian Rondón defiende a Cuba, la cuna donde nació.
“Cada país debe dar su identidad y sus raíces en toda la trascendencia artística. La música cubana es tan bella y tan reconocida en el mundo entero que es un orgullo interpretarla”, concluyó.