CAMAGÜEY.- Ironía de la vida. Eso pienso al visitar la muestra Crónicas de la ciudad, del fotorreportero Orlando Durán Hernández. Desde ayer y hasta finales de abril estará abierta al público en la galería de Larios, de Camagüey.

Son 21 instantáneas en blanco y negro con historias diversas de mucho de lo que su mirada captó y que probablemente ni él mismo recuerde de la situación, los personajes, los antojos de la luz, los berrinches de la cámara.

Me atrevo en nombre de nuestro medio de prensa pública, porque Durán trabajó en el periódico Adelante, a agradecer a Juan Carlos Mejías y su equipo del Consejo Provincial de las Artes Plásticas (CPAP) por la iniciativa del homenaje.

La institución anota la exposición personal en su programa de abril, como saludo a la Semana de la Victoria. En efecto, nuestro Duro ha sido un mambí, con cuna en Villa Clara y forja profesional en Camagüey.

El especialista Dairel Arcos, encargado de la curaduría y de la museografía, destacó en el catálogo:

“Las imágenes aquí expuestas no son estáticas, por el simple hecho que se mueven en el tiempo, en las horas, en los días y por consiguiente entre nosotros porque, mirar no es observar, y si observamos con agudeza retiniana, asistiremos al encuentro con nosotros mismos, con nuestra infancia, con lo que fuimos y lo que somos, con lo que hicimos y lo que estamos haciendo, si al final, somos orgullosamente harina del mismo costal”.

Mi colega Durán ahora mismo transita la senda del olvido, ese olvido terrible que empieza cuando la mente falla. Irónica la vida, ¿verdad? Alguien que registró la memoria de tantos, de tanto, hoy anda el camino de olvidarse de sí mismo. Destino, tremendo.

Foto: Yoel Benítez /AdelanteFoto: Yoel Benítez /Adelante