CAMAGÜEY.- “Es un libro nacional y un aporte de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC) a la petición de pensar como país”, afirmó hoy Luis Álvarez Álvarez al presentar aquí el único volumen que se sumerge con una perspectiva histórica, jurídica y cultural en las raíces constitucionalistas de la Revolución Cubana.
En Cuando la luz del mundo crece. Sesquicentenario de la Asamblea de Guáimaro (1869-2019), del sello Ediciones El Lugareño de la OHCC, confluyen más de 30 voces interesadas en el tema, residentes dentro y fuera de Cuba, con prólogo de Eusebio Leal y textos de Elda Cento Gómez, Oscar Loyola, Ibrahim Hildago, José Abre Cardey, José Novoa Betancourt, Rafael Acosta de Arriba, Olga García Yero, Carlos Manuel Villabella Armengol, Olga Portuondo y José Antonio González, entre otros ensayistas.
“Pensar como país –un llamado de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de la República de Cuba– solo se asienta escuchando”, insistió el compilador Luis Álvarez, un gestor literario de amplia visión pues aunque soñó enfoques "desde San Antonio hasta Maisí" solo respondieran investigadores de Holguín, Las Tunas, Santiago de Cuba, Villa Clara, La Habana, Camagüey, y de la comunidad cubana en el exterior.
Cuando la luz del mundo crece. Sesquicentenario de la Asamblea de Guáimaro (1869-2019) esclarece confusiones alrededor de la figura de Ana Betancourt, cuenta de la resonancia de los hechos en la prensa agloparlante y en la española de la época, y enfoca la representación de la Asamblea y la Constitución desde las artes plásticas y la música.
Irma Horta Mesa, directora de Ediciones El Lugareño, recomendó el título en especial a los estudiantes presentes en el Centro de Convenciones Santa Cecilia por considerarlo “un texto para disfrutar su lectura detenidamente”, para encontrar cada uno su verdad a partir de la interpretación de los diferentes criterios de los autores, y desde la pregunta de “¿qué hubiéramos hecho nosotros si hubiéramos sido ellos?”.
Junto a Irma Horta y a Luis Álvarez estaba José Rodríguez Barreras, director de la OHCC, quien solo pidió un prolongado aplauso con la mirada puesta en el asiento vacío donde con seguridad hubiera estado Elda Cento Gómez, fallecida el pasado 28 de octubre.